La cineasta mexicana Tatiana Huezo sorprende con 'El Eco', una mirada luminosa del País, en el Festival de Cine de Berlín
Mauricio Ángel/Agencia Reforma
sábado, 25 febrero 2023 | 08:14Ciudad de México.- La necesidad de hablar de México desde otra perspectiva que nunca había mostrado en su cine fue lo que inspiró a Tatiana Huezo para crear su filme El Eco, centrado en todo lo que rodea a una comunidad de apenas 40 casas en Chignahuapan, Puebla.
A diferencia de las formas en la que la violencia aparece en sus películas anteriores, como Tempestad y Noche de Fuego, las amenazas son descritas por ella como fantasmas, que rodean a las personas sin entrar en foco.
La cineasta procuró retratar a las personas, sus casas y los momentos cotidianos de la vida en aquel lugar, algo que, dijo, ha conquistado al público en el Festival de Cine de Berlín, donde se presenta en la sección Encounters.
"La sala (en la Berlinale) se quedó con mucha sorpresa y con mucho gozo también de recibir noticias de un México distinto, de un México que no se conoce afuera, de una luz inmensa, de una fuerza poderosa que muchas veces no llega, no está en nuestro cine", detalló en una sesión de preguntas y respuestas virtual.
"Tenemos muchos años hablando de cosas muy importantes del tiempo que vivimos, que a todos los cineastas nos ha tocado y hemos querido guardarlo en nuestras películas, pero el público me ha dado las gracias por llevar esta sensación".
Como madre, Huezo quería hablar de infancias en el País y le atrajo este poblado, donde los niños maduran pronto por tener responsabilidades con el campo y sus animales, pero interrumpió el proceso para trabajar Noche de Fuego.
Al mostrar la realidad en el campo, la cámara capturó los diferentes climas extremos que se enfrentan en un año, pero también muestra destellos del matriarcado y de las formas de crianza.
"Las mujeres de esta comunidad, que es bastante conservadora, no son personajes femeninos estáticos, se mueven de lugar y aprenden a decir: 'Oye esto no me gusta, hagámoslo de otra forma'.
"Hay una escena fuerte donde el papá le dice algo al niño. Yo admiro a hombres y mujeres de esta comunidad, las figuras maternas y paternas son complejas, no son sólo de un sólo color", compartió la documentalista.
Cuando concluyó su primera ficción, la ganadora del Ariel se mudó a vivir a aquel poblado para terminar su investigación, que duró cuatro años, y después destinó año y medio al rodaje, que aunque es documental, no es similar a lo que hacía antes.
Los ganadores del festival se darán a conocer este sábado.