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Espectáculos

Ofrece Daddy Yankee show 'legendario' para 65 mil en CDMX

El cantante sacudió su frenético show entre nostálgicos hits ("Lo que Pasó, Pasó") o flamantes lanzamientos ("Rumbatón")

Mario Abner Colina/ Agencia Reforma

miércoles, 30 noviembre 2022 | 08:18

CDMX.- Si el reguetón fuera un país, su himno nacional sería "Gasolina", y su padre fundador, Daddy Yankee.

"Perrear" fue la forma como los capitalinos le rindieron honores a este prócer que, "pasito a pasito, suave, suavecito", sacó del gueto y masificó esas canciones amalgama de pasión sensual y melodías cadenciosas, esas que se bailan mejor con cuerpos pegados y sudor.

El reverenciado boricua, de 46 años, tuvo anoche, en el Foro Sol, el primero de cinco shows de su gira de despedida en la CDMX ante 65 mil personas.

Tras concluir La Última Vuelta, la superestrella se dedicará a disfrutar todo lo cosechado: cambiarle la cara a la música latina para siempre y convertir su mote en un sinónimo de fiesta.

Los mexicanos saben que las penas, como las de ver el adiós de Yankee, se tratan bailando, por lo que el recital de la noche de este martes, que inició con "Campeón" y "REMIX", convirtió a la Ciudad en una sucursal de Puerto Rico.

"Sube la mano arriba, Ciudad de México. Sube la mano arriba, Ciudad de México", animó el cantante, llamado en realidad Ramón Ayala, que grabó sus primeras rimas cuando tenía 13 años.

"Al ver este público con tanta energía, las ganas de cantar sobran", agregó tras "Machucando", usando un pantalón de charro, coquetería para su público.

Debe ser complicado resumir 33 años de carrera en un show: el Big Boss apostó por un set de 32 canciones en el que cupieron coqueteos a Legendaddy, su más reciente disco, y un torbellino de home runs, testigos de la elasticidad de su reguetón.

Despliegue de talento y escenografía

Dieciséis bailarines, músicos en vivo y una producción con tres mega pantallas y pirotecnia arroparon a Yankee, quien sacudió su frenético show entre nostálgicos hits ("Lo que Pasó, Pasó") o flamantes ("Rumbatón").

Canciones que, aunque menospreciadas y marginadas por algunos, han pasado a formar parte del canon sentimental de millones.

En zona de pista o gradas, la postal era igual, un público heterogéneo, intergeneracional, donde lo mismo sacudían sus cuerpos niños que sus padres: el reguetón llegó para quedarse en el ADN del latinoamericano.

Yankee, quien ha inspirado a decenas de chicos con su salto del barrio a la fama, no es de esos de discursos elaborados, así que se la pasó azuzando a sus fans, pidiendo más candela, más perreo, más ruido.

Sabedores de que su ídolo se estaba despidiendo, sus admiradores le devolvían, con euforia, alaridos, ovaciones, aplausos.

"Tú me dejaste caer", gritaba él, y la audiencia le replicaba: "Pero ella me levantó" ("Ella me Levantó"), lo que se repetía en "Ven y sana mi dolooor" y "Tienes la cura de este amor" ("Llamado de Emergencia").

"Si el tiempo es un maestro, hay que pasar el test", cantó Yankee en "Rumbatón".

Vigente 33 años con un género que muchos auguraban efímero, la longeva trayectoria de Yankee es una muestra de que él superó sin problemas la prueba, y el show de esta noche, la ratificación de que al reguetón, le guste a quien le guste, le queda mucha "Gasolina". 

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