El cineasta Pedro Almodóvar reiteró su afinidad con México, plasmada ahora en su nuevo mediometraje de western 'Extraña Forma de Vida'
Mario Abner Colina/Agencia Reforma
sábado, 16 septiembre 2023 | 06:30
Ciudad de México.- Para Silva, el pistolero de Extraña Forma de Vida, interpretado por Pedro Pascal, México significa un paraíso perdido, el lugar al sur de la frontera donde, 25 años atrás, tuvo una aventura con otro hombre, un amor cuyo recuerdo no ha podido extinguir.
Para Pedro Almodóvar, director del mediometraje de género western, que ya se encuentra en cines del País (a un precio reducido frente a un largometraje normal, 49 pesos), México es una fuente inagotable de interés cultural, un lugar que, dice, siempre ha buscado honrar con su cine.
"Me siento muy hermanado con la cultura mexicana", afirma el cineasta español, en un encuentro virtual con medios internacionales.
"En Extraña Forma de Vida, el personaje de Pedro Pascal es de origen mexicano. La continuación, que la tengo escrita, que se podría rodar construyendo decorados, porque es de época, de principios del siglo 20, ocurriría toda en México. Sería una especie muy al estilo de Sam Peckinpah", agrega.
El filme, que lleva el western a su tradicional y colorido universo, es el segundo cortometraje al hilo que el realizador manchego filma en inglés, tras La Voz Humana (2020), protagonizado por Tilda Swinton.
Ovacionado en el pasado Festival de Cine de Cannes, permite a Almodóvar dislocar los tradicionales códigos del género y construir una historia de pasión no apaciguada entre Silva y el ahora sheriff Jake (Ethan Hawke).
La ubicación de la trama es el pueblo texano de Bitter Creek, donde esos hombres curtidos por la dureza de la vida se reencuentran y se desnudan con el cuerpo y los sentimientos.
En los 31 minutos del filme del autor de Todo Sobre mi Madre y Hable con Ella caben cabalgatas en el desierto y un inesperado duelo con armas de fuego, donde vence el más veloz.
También guiños a clásicos como Río Rojo (1948), con John Wayne; Curva del Río (1952), con James Stewart; Vera Cruz (1954), con Burt Lancaster; y Más Corazón que Odio (1956), de John Ford.
"En este género tan masculino, el deseo y la ternura, incluso la melancolía, son sentimientos no vinculados al varón. No me estoy inventando un género. Es el más antiguo de Hollywood. En 1902 ya se hicieron westerns.
"Pero el deseo y la ternura son sentimientos, si no prohibidos, al menos no desarrollados en personajes masculinos. La lección final que le da Pedro Pascal al sheriff Jake va en esa dirección".
Almodóvar no es el único director de renombre que en tiempos recientes ha apostado por el cine de pequeño formato. El año pasado, el griego Yorgos Lanthimos estrenó Vlihi, y la próxima semana el estadounidense Wes Anderson lanzará The Wonderful Story of Henry Sugar.
A sus 73 años, el realizador ve el cortometraje como una ventana de libertad creativa, principalmente ahora que el streaming (Mubi estrenará Extraña Forma de Vida el 20 de octubre) no está sujeto a cánones de duración.
"Un largometraje guarda una relación mayor con la realidad, el pequeño formato te permite que lo abordes no de un modo caprichoso, pero que experimentes más con la historia. Era un aprendizaje, una prueba para ver si podía rodar en inglés".
Quiere escribir novela
Almodóvar, quien publicó en los años 70 "El Último Sueño", una colección de relatos literarios, desea escribir una novela.
"Me gustaría una novela, siendo consciente de que no será una gran novela en el sentido de que nunca voy a ser como Roberto Bolaño ('Los Detectives Salvajes'). Escribo con la humildad del respeto a los grandes literatos y las grandes novelas. Nunca voy a ser Julio Cortázar ('Rayuela'), aunque me encantaría tener acceso a un 10 por ciento de su talento".
Entre Chavela y las rumberas
Aunque aún no ha filmado en el País, su cine, dice Pedro Almodóvar, tiene mucho de México.
Puede ser por un personaje, el tequila, su pasión por la talavera o la música de José Alfredo Jiménez en voz de Chavela Vargas.
"Pensando en el vínculo de Chavela, siento mi corazón muy unido a la cultura mexicana. A través de ella tengo el recuerdo de haber estado cantando en el Tenampa (en Garibaldi) con mariachis, o visitándola en Tepoztlán", agrega.
De sus actores mexicanos favoritos, ya había mencionado a Patricia Reyes Spíndola y María Rojo, pero ahora suma dos nombres: Ninón Sevilla y Tito Junco.
"Soy un gran admirador de la época del cine de las rumberas".