Espectáculos

Toman cineastas mexicanas la delantera en industria machista

Directoras mexicanas como Fernanda Valadez y Tatiana Huezo lograron posicionarse en la industria cinematográfica de México pese al machismo

Reforma / Tatiana Huezo
Reforma / Fernanda Valadez
Reforma / Adela Sequeyro fue una de las mujeres mexicanas que ayudó a romper las barreras de la industria cinematográfica nacional
Reforma / Maricarmen de Lara
Reforma / María Novaro
Reforma / Mónica Lozano
Reforma / Natalia Almada
Reforma / Bertha Navarro

Óscar López/The New York Times Company

lunes, 03 enero 2022 | 07:40

Ciudad de México.- Durante su infancia en el México de los 80, convertirse en cineasta era una idea casi inconcebible para Fernanda Valadez.

 Aparte de un club fílmico en la universidad local, no había cines en Guanajuato, su ciudad natal, y las películas hechas por mujeres eran muy escasas.

"El sueño de hacer cine era algo muy distante", recordó recientemente. "Crecimos con la sensación de que hacer películas era muy difícil".

Sin embargo, ese sueño se ha vuelto muy real unos 30 años después. Su película debut, Sin Señas Particulares, obtuvo dos galardones importantes en el Festival de Cine de Sundance en el 2020, y en 2021 ganó Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión, entre otros reconocimientos, en los Premios Ariel, el equivalente mexicano de los Óscares.

En una sociedad donde el machismo a menudo reprimió a las mujeres y la violencia de género es común, el surgimiento y el reconocimiento de las cineastas reflejan un cambio social más amplio provocado tanto por un movimiento feminista envalentonado en el País como por una conversación urgente sobre el sexismo a nivel mundial.

 "Ha tomado años en fraguarse", dijo Valadez. "Pero estoy muy feliz de ser parte de una generación de mujeres que cuentan historias poderosas".

 Tatiana Huezo es una directora salvadoreña-mexicana, quien en el 2017 se convirtió en la primera en ganar el Premio a Mejor Dirección en los Arieles.

Su cinta más reciente, Noche de Fuego, que recibió una mención especial en el Festival de Cine de Cannes este año, es la candidata de México al Óscar a la Mejor Película Internacional en el 2022, y quedó en la lista de finalistas para la estatuilla.

 De ser nominada, Huezo se convertiría en la primera mexicana en competir por el premio, incluso cuando compatriotas como Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro han dominado los principales premios en los últimos tiempos.

Cuando Huezo comenzó a estudiar en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) en la CDMX, enfrentó sexismo. Se había inscrito para convertirse en directora de fotografía, pero una vez en la escuela, los directores masculinos no la aceptaban en sus proyectos, por lo que terminó teniendo que filmar y dirigir los propios.

Valadez se topó con obstáculos similares en el CCC, donde era una de cuatro mujeres en una generación de 15.

"Las mujeres enfrentamos más filtros. Los hombres de estas generaciones crecen creyendo que el destino está en sus manos", comparte.

Dejan su huella

 El sexismo ha estado presente en las escuelas de cine durante años, dice Maricarmen de Lara, cineasta y directora del CUEC de 2015 al 2019. La industria fue cruel cuando ella era estudiante, recuerda.

"Había hombres que minimizaban el trabajo de las mujeres y lo hacían públicamente. Algunos directores de fotografía ni siquiera aceptaban mujeres asistentes", dice.

 Pero las mujeres aun así llevan décadas logrando hacer cine en el país, dijo Arantxa Luna, crítica y guionista, señalando a Adela Sequeyro, quien se desempeñó como productora y directora en la década de 1930, y María Novaro, quien junto con De Lara, formó parte del colectivo feminista Cine Mujer en los 1970 y 1980.

El legado del movimiento cinematográfico feminista ha sido particularmente perdurable para los documentales mexicanos: entre el 2010 y el 2020, ellas dirigieron un tercio de los documentales en el País, en comparación con sólo el 16 por ciento de las películas de ficción.

Las féminas han tenido un impacto más allá de la dirección. Detrás de algunos de los cineastas mexicanos más destacados de los últimos 20 años también se encuentran productoras como Bertha Navarro, cuyos créditos incluyen varias de las películas más aclamadas de Guillermo del Toro, y Mónica Lozano Serrano, quien fue productora asociada de Amores Perros de Alejandro González Iñárritu.

Ex presidenta de la Academia de Cine Mexicana, en los últimos años Lozano ha defendido el financiamiento público para el cine en México.

Impulsan talento mexicano

 El éxito de Hollywood de Iñárritu, Cuarón y Del Toro también ayudó a la industria en México, que ha visto un aumento en atención y dinero para el cine.

"(Ellos) volvieron una especie de mirada internacional a México como un lugar donde se está haciendo una labor interesante", dijo Natalia Almada, documentalista que ganó un premio en el 2009 a la Dirección en el Festival Sundance.

El resultado ha sido una avalancha de cine mexicano y un aumento correspondiente en el número de cintas hechas por mujeres.

En el 2000, Amores Perros fue uno de sólo 28 largometrajes mexicanos; en el 2019, hubo más de 200, según cifras oficiales.

Para el 2008, sólo cinco películas fueron dirigidas por mujeres, 10 años después, ese número había aumentado a 47.