Era hijo del activista de El Barzón Ramón Hernández, a quien mataron en junio de 2018 por la disputa del agua
De la Redacción
jueves, 18 marzo 2021 | 14:50Dos jueces de un Tribunal Oral con sede en el municipio de Cuauhtémoc ordenaron ayer la libertad de José Alfredo Márquez Anaya, quien había recibido una sentencia a 25 años de cárcel el 1 de julio de 2016 por el asesinato Cándido Hernández Andujo.
Este último era hijo del líder barzonista Ramón He rnánde z Nevárez, quien también junto a otro de sus hijos, Anselmo Hernández Andujo, fue asesinado por hombres armados el 13 de junio de 2018 cuando se dirigían al campo menonita número 101 en el municipio de Namiquipa.
En el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) se informó que dentro de la causa penal 18/2020, los jueces del Tribunal Oral compuesto por Fabiola Domínguez Chavira (presidenta), César Arnulfo Estrada Vigil (redactor) y Víctor Manuel Flores Domínguez, determinaron por votación dividida (los dos primeros a favor y el tercero en contra), liberar al presunto responsable José Alfredo Márquez Anaya.
Fue el primero de julio de 2016 cuando la Fiscalía General del Estado destacó en un comunicado oficial que “A través de la investigación realizada por Agentes de la Unidad Especializada en Delitos contra la Vida, se comprobó ante un Juez de Garantía la responsabilidad penal de José Alfredo Márquez Anaya en el homicidio de Cándido Hernández Andujo, delito por el que recibió una sentencia de 25 años de prisión.
Las indagatorias establecieron que la madrugada del 18 de febrero de 2010 el sentenciado y un grupo de personas armadas con rifles de alto poder sustrajeron a la víctima de su casa, ubicada en la comunidad Ejido Campo Santo, municipio de Namiquipa.
Asimismo, lo esposaron y trasladaron hasta el exterior de un domicilio de esa misma población con el objetivo de que saliera otra persona que buscaban, y al no tener respuesta, dispararon en contra de la vivienda en un lapso de 30 minutos.
Posteriormente se dirigieron al tramo carretero Álvaro Obregón - Ojo de Yegua, y a la altura del campo menonita número 68 lo privaron de la vida con disparos de arma de fuego.
Con pruebas científicas, testimoniales y periciales recabadas en la investigación de campo y gabinete, los Agentes de la Policía Estatal Investigadora obtuvieron la identidad de Márquez Anaya, como uno de los participantes en estos hechos, por lo que se consiguió una orden de aprehensión en su contra.
A través de la investigación realizada por autoridades ministeriales, en coordinación con diversas dependencias de la república se logró ubicarlo y detenerlo en la ciudad de Mexicali, Baja California, lugar en el que se desempeñaba como guardia de seguridad”, reportó entonces la autoridad.
A pesar de que la defensa del sentenciado apeló la misma, ésta fue ratificada por los juzgadores Ramón Gerardo Holguín y en segunda instancia, por Delia Meléndez.
Sin embargo, fue el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa el que otorgó la razón a la defensa de José Alfredo Márquez, para que el caso fuera llevado no en la ciudad de Chihuahua en el Distrito Morelos, sino en Cuauhtémoc, al haber ocurrido los hechos en Namiquipa y no en Rivapalacio donde era jurisdicción y competencia de Chihuahua.
Dentro de los testimonios que incriminaban directamente a José Alfredo Márquez, destacaban el que hizo en vida hizo el padre de Cándido, Ramón Hernández Nevarez, quien fue asesinado también años después por hombres armados en compañía de otro de sus hijos, pero que fue desvalorada por los jueces Fabiola Domínguez y César Arnulfo Estrada.