Estado

‘Más graves, derrames al Bravo desde Juárez’

Descargas se han generado desde hace años en colonias locales, señala secretario de la CILA

Omar Morales / El Diario de Juárez / Aguas negras contaminan el río desde este lado de la frontera

Sandra Rodríguez
El Diario de Juárez

sábado, 18 diciembre 2021 | 11:00

Ciudad Juárez.— La Sección mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) informó ayer que considera más graves los derrames de aguas residuales hacia el río Bravo generados en Ciudad Juárez que el registrado desde el mes de agosto en El Paso, Texas.

De acuerdo con Jesús Luévano, secretario de dicha representación mexicana, los problemas con colectores en la parte sur de la frontera han motivado escurrimientos de entre .05 y .15 metros cúbicos por segundo desde hace entre dos y tres años; problemática a cargo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) que, por el tiempo transcurrido, dijo, rebasa los .44 metros cúbicos por segundo derramados desde la ciudad vecina.

“Todo mundo está muy angustiado por las descargas de Estados Unidos, pero no hemos visto el problema interno que tenemos desde hace ya mucho tiempo, que siento yo es más delicado, más grave, por la persistencia con la que ha ocurrido, y acá de alguna manera (en El Paso) se han tomado medidas para mitigar”, indicó Luévano.

“El problema lo estamos teniendo nosotros, porque desde hace ya como dos años que tenemos una serie de descargas (…) Si lo contabilizamos a lo largo del tiempo, sí (es más volumen). Aquí estamos hablando de meses; acá (en Juárez) estamos hablando de años”, agregó.

La Junta Municipal de Agua no respondió ayer una solicitud de información sobre estos derrames.

Luévano fue entrevistado luego de que una organización local advirtiera daños al medio ambiente por la fuga que inició desde agosto en la parte oeste de El Paso, unos siete kilómetros arriba de donde el Bravo se convierte en frontera.

Al respecto, informó que la Sección mexicana de la CILA reclamó a su contraparte desde ese mes, cuando el residuo estaba escurriendo sólo del lado norteamericano, donde llegaba a la presa Internacional y era derivado por un canal a una planta de tratamiento en El Paso.

En octubre, sin embargo, añadió Luévano, el Gobierno del vecino país reportó que había tenido problemas también con el canal, por lo que los residuos llegaron hasta la zona de El Chamizal.

En ese mes, continuó, se presentó de nuevo un reclamo por parte de México. “De que nos preocupaba la contaminación que estaba ocurriendo en el río Bravo a consecuencia de estos derrames, y les pedimos que nos dijeran qué acciones están tomando para eliminarlos. Eso desde agosto, y posteriormente, en octubre, presentamos de nuevo la preocupación, porque originalmente no afectaba al cauce internacional del Bravo, sino la parte interna de Estados Unidos”, dijo Luévano.

“Esto ocurrió ya en el mes de octubre, cuando tuvieron que empezar a transitar las aguas por el cauce del río Bravo, y estiman que este mes terminan todos los trabajos y no habría ya mayor problema en las descargas”, prosiguió.

En ese contexto, el funcionario insistió en que el problema del lado mexicano ha motivado también un “reclamo permanente” por parte de la Sección estadounidense, y que se trabaja ya en un proyecto para la reparación de colectores dañados por lo añejo de las tuberías y su uso como depósitos de basura, para lo que también se usa el cauce del río desde este lado sur de la frontera.

“De allá no ve basura”, refirió el funcionario, que mencionó también la irregularidad de haber asentado la colonia Felipe Ángeles, en el norponiente de Juárez, en lo que es una zona de inundación del Bravo y de captación de escurrimientos de la sierra.

“Hemos trabajado muy de cerca con la Junta (Municipal de Agua y Saneamiento de Juárez) para tratar de eliminar esas descargas, pero no ha sido posible, ha habido una serie de problemas, lo añejo de las tuberías, la gente que sigue tirando basura en las alcantarillas y eso propicia taponamientos que originan los afloramientos de aguas residuales que descargan de manera natural hacia el río Bravo”, dijo.

“Entonces, ahí también hemos tenido un reclamo de la parte estadounidense, porque no sólo ocurre ahí, sino también hacia Sunland Park, por una serie de arroyitos pequeños que hay ahí (Anapra), las aguas se van hacia esa zona en la parte de la frontera terrestre”, señaló.

Luévano dijo también que, si bien las fugas en este lado ocurrían en el pasado, eran corregidas, “pero ya tenemos dos, tres años en que prácticamente los derrames son de carácter permanente, porque si no es un sitio es en otro”.

Como otras dependencias, la CILA aludió ayer a un proyecto que se prevé que financie el Banco de Desarrollo de América del Norte para la reposición de los colectores en la parte sur de la frontera.

Sobre el cuestionamiento del investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), Jorge Salas Plata –por la falta de actualización de los tratados de agua internacionales–, Luévano mencionó que el de 1944 permite esta renovación a través de “actas”, como las emitidas para el mejoramiento del río Colorado y, en octubre pasado, otra para establecer mecanismos de cooperación alrededor del Bravo.

“Por primera vez dos países, de manera conjunta, están aportando agua para el medio ambiente; no lo hace nadie, y aquí México y Estados Unidos, junto con organizaciones de la sociedad civil, están aportando agua para restaurar el delta del río Colorado, donde hay ya bosques de álamo”, expuso.