PUBLICIDAD
Migrantes desean que su situación se resuelva pronto para pasar legalmente a EU
Diego Villa
El Diario de Juárez
Ciudad Juárez.— Ayer, en la víspera de Navidad y a la orilla del río Bravo tanto del lado mexicano como el estadounidense, decenas de migrantes pasaron estas fiestas decembrinas en la espera de poder entrar a los Estados Unidos de manera legal.
Mientras algunos esperaban pegados al muro metálico fronterizo, otros observaban desde Ciudad Juárez cómo pasaban de a pocos y dijeron desear que termine pronto todo “para poder pasar legalmente”.
Quienes estaban del lado mexicano eran mayormente venezolanos, que dijeron saber que no les permiten entrar así, que mejor esperarán al fin del Título 42. Éste fue el caso de Edgar, quien viaja con su prima y el esposo de ella. Edgar pasó 22 días en el Darién luego de que quedara paralizado por la mordida de un mono en la selva panameña, y aunque apenas llegó antier a Juárez dijo que prefiere buscar un refugio para pasar los días de su proceso legal, antes que cruzar y que lo regresen.
Distinto fue el caso de Edexel, de 25 años de edad, y Edward, de 32, un matrimonio que no quiso esperar porque su hija de un año de edad ha sufrido ataques de asma a consecuencia de los fríos de esta frontera.
Edexel contó que llevan pocos días en Juárez y los han pasado en el albergue habilitado en una anterior iglesia de testigos de Jehová cerca de donde antes estaba el campamento migrante venezolano, pero ahí “dormimos sentados, uno encima del otro porque es sólo un cuartito pequeño y hay muchos ahí”, además de que no hay servicios médicos para su pequeña.
Mientras tanto, la malla ciclónica colocada en la orilla estadounidense del río Bravo se observó ayer a la altura del Biblioavión, y estaba por crecer.
Al final de la estructura metálica se encuentran agentes de la Guardia Nacional del país del norte, que buscan evitar la entrada de quienes intentan cruzar la frontera.
Cerca de las 11:20 de la mañana se observó un montacargas naranja que transportaba más secciones de la malla ciclónica que se colocarán al oriente para extender la barrera que empezó a colocar el Gobierno de Estados Unidos desde el 20 de diciembre.
No obstante, a unos 100 metros del fin de la malla ciclónica hacia el oriente, otros grupos de migrantes cruzaron el río para luego caminar pegados al muro fronterizo hasta una puerta de acceso en el mismo, a la altura de las oficinas del Instituto Nacional de Migración bajo el cruce internacional Stanton-Lerdo.
De aquel lado se veían al menos 50 personas en situación de movilidad esperando a ser ingresadas a aquel país, quienes poco a poco han logrado entrar para ser procesadas por las autoridades migratorias, aunque la fila no cedía, pues el flujo no cesaba.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD