Estado

Permanecen en el bordo casi 300 sudamericanos

No tienen agua, comida ni baños, denuncia activista

Gabriel Cardona / El Diario de Juárez / Con una manta, integrantes del campamento envían un mensaje al presidente Joe Biden
Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez / Un hombre se cubre del frío con una bandera estadounidense

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

jueves, 27 octubre 2022 | 09:00

Ciudad Juárez.- Mientras que grupos de migrantes de distintas nacionalidades continúan cruzando el río Bravo/Grande para entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso, cerca de 300 venezolanos permanecen en el bordo mexicano pese a las bajas temperaturas que se registran en Ciudad Juárez.

“Ésta es la materialización de una política injusta, ilegal, que está implementando Estados Unidos a través del Título 42, que está rechazando ilegalmente las peticiones de asilo en este caso de la mayoría de ellos, venezolanos… Estados Unidos está violando esa ley internacional, esos tratados internacionales”, señaló ayer Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos. 

Tras recorrer el campamento instalado junto al río internacional, el activista estadounidense denunció que no tienen agua, comida ni baños, “y es un llamado de atención de lo que está sucediendo en esta frontera”. 

“Lo que tendría que suceder es que cualquier persona que huya de su país, que cruce la frontera y que les diga a los agentes de la Patrulla Fronteriza que tiene miedo, es que sea llevado ante un juez a una cita de miedo creíble y que ese juez decida, pero eso no está sucediendo”, denunció García. 

“No dormimos por el frío, en Venezuela, de donde yo vengo, el termómetro no baja de los 12 grados (centígrados), pero estamos acá por una razón, y queremos que nos vean y queremos tocar el corazón del presidente Joe Biden”, dijo Darwing, de 33 años de edad, quien desde hace más de una semana forma parte del campamento venezolano que la noche del martes se instaló junto al río internacional. 

Después de recibir a miles de venezolanos sin la aplicación del Título 42, que consiste en la expulsión bajo el argumento del Covid-19, el pasado 12 de octubre el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro N. Mayorkas, informó que Estados Unidos aceptará a 24 mil venezolanos, pero sólo será vía aérea tras un registro previo y con ciertos requisitos como el contar con un patrocinador económico y que hayan entrado a México antes de ese día. 

Argumentó que el objetivo es reducir la cantidad de personas que llegan a través de la frontera con México, “y crear un proceso más ordenado y seguro para las personas que huyen de la crisis humanitaria y económica en Venezuela”, por lo que en acuerdo con México desde ese día comenzó a expulsarlos a las fronteras mexicanas. 

Desde el mismo 12 de octubre, el Gobierno de Joe Biden comenzó a expulsar a los venezolanos a México, la mayoría a través de Ciudad Juárez, sin una coordinación con el Gobierno federal para darles apoyo humanitario, por lo que las autoridades estatales y municipales han abierto dos espacios para recibirlos, mientras que otros albergues religiosos les han abierto también sus puertas.

Sin embargo, cientos han optado por permanecer a la intemperie con el fin de hacerse más visibles ante las autoridades estadounidenses, porque buscan regresar a su país o porque temen que no los dejen salir a trabajar de los albergues. 

El campamento está integrado tanto por familias sudamericanas expulsadas de Estados Unidos y otros que venían en camino a la frontera norte y que al llegar a Juárez se encontraron con la frontera cerrada. 

“Nos vinimos para acá con la finalidad de ingresar, para que nos dieran la oportunidad de trabajar. Y estamos acá con el fin de pedirle a Dios que nos ayude, que nos ayude y le ablande el corazón al presidente, y vamos a seguirle pidiendo a Dios que abra esas fronteras; nos vinimos para acá por la necesidad, porque hay muy poca fuente de trabajo en Venezuela”, dijo María Salcedo, de 36 años de edad, quien hoy cumplirá 12 días en esta frontera.