Hacen un llamado a las autoridades de México y Chihuahua y ofrecen colaborar con sus experiencias
Herika Martínez/ El Diario de Juárez
miércoles, 29 junio 2022 | 07:40Cerocahui, Urique.- La Compañía de Jesús hizo un llamado a las autoridades de México y Chihuahua a iniciar procesos de diálogos que lleven a la construcción de la paz, a través de la atención de las causas culturales y estructurales de la violencia.
“Es una complejidad, el gobierno por sí solo no va a poder resolver este problema, necesita de la iglesia, organizaciones sociales, académicos, del empresariado, de las familias y sobre todo de vecinos organizados”, dijo el sacerdote Jorge Atilano, coordinador de programas sociales de los jesuitas, la cual el pasado 20 de junio perdió a dos de sus sacerdotes jesuitas al ser asesinados en la Sierra Tarahumara.
Los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, así como el laico Pedro Palma, fueron asesinados por José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, miembro del grupo delictivo “Los Salazar”, del Cártel de Sinaloa, frente al altar de la iglesia San Francisco Xavier, en Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua.
Nos sentimos en sintonía con el señor presidente (Andrés Manuel) López Obrador, él también está interesando en atender las causas de la violencia y por eso queremos colaborar en la construcción de la paz. Estamos dispuestos a compartir lo que hemos investigado (sobre reducción de homicidios y convivencia exitosa) con el presidente, con gobernadores, y también con académicos”, destacó Atilano.
“Desde el año 2010 venimos preocupados por la situación de violencia en el país, en 2012 se formó una Comisión Por la Paz, y el sacerdote Atilano fue el encargado de buscar experiencias exitosas en reducción de homicidios y mejoramiento de conviviendo a en varios países”, dijo.
También hicieron un estudio sobre las cajas de la violencia.
“Nos dimos cuenta de lo complejo de la violencia, y que tiene que ver con un proceso de desvinculación de perdida de los sistemas que regulan la conducta, que se aceleró el proceso de individualización. Y encontramos personas con dificultad de regular su propia libertad, y que el referente de poder es muy negativo, tienen que ver con imposición, autoritarismo, dominio”, explicó.
Dijo que, “quien tiene poder, en todo este contexto, por el acceso a un arma o porque lo hacen coordinador de un grupo, le sale ese imaginario de poder y eso va favoreciendo al ambiente de violencia”.
Eso se une a la debilidad institucional, la pérdida de escenificaciones comunes de sentido y la mercantilización de la vida, por lo que el gobierno solo no va a poder, agregó.
El sacerdote Atilano destacó también que en zonas como la Sierra Tarahumara, la alta presencia del crimen organizado ha favorecido la desorganización territorial.
Hoy y mañana, los jesuitas se reunirán en la Ciudad de México para orar, disuadir y crear un análisis de acciones.