Reforma

martes, 16 agosto 2022 | 21:57

Washington.- La representante Liz Cheney de Wyoming admitió la derrota frente a Harriet Hageman en sus primarias republicanas, entregando así al ex Presidente estadounidense Donald Trump su trofeo más preciado hasta el momento en su larga campaña para purgar al partido de sus críticos.

Hageman, abogada en Cheyenne, se sintió alentada por el respaldo de Trump en su carrera contra la Cheney, la hija de un ex Vicepresidente y ex miembro del liderazgo republicano de la Cámara.

Cheney, la principal voz republicana contra Trump y vicepresidenta del comité que investiga el ataque al Capitolio del 6 de enero, ya no tendrá el próximo año un lugar en el Congreso desde el cual luchar contra una figura que cree que representa una grave amenaza para la democracia estadounidense.

"Hace dos años, gané esta primaria con el 73 por ciento de los votos. Fácilmente podría haber hecho lo mismo esta noche", indicó Cheney al reconocer su derrota.

No obstante, eso habría requerido que ella aceptara la mentira electoral de Trump, según dijo.

"Ese era un camino que no podía ni quería tomar", subrayó la representante.

La derrota de Cheney también deja en claro que los votantes de las primarias republicanas rechazarán a los funcionarios que confronten abiertamente a Trump, incluso cuando el ex Presidente sigue envuelto en múltiples investigaciones.

Sólo dos de los 10 republicanos de la Cámara de Representantes que votaron para acusar a Trump el año pasado avanzarán a las elecciones generales de este otoño.

Su derrota, dos meses después de la aplastante derrota de George P. Bush en su candidatura a Fiscal General en Texas, representa la transición completa y tal vez definitiva del Partido Republicano del conservadurismo tradicional de la era Bush-Cheney al populismo orientado al agravio de Trump, según The New York Times.