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Advierten deterioro en activos de Bankaool

Mantiene calificación en grado especulativo y perspectiva negativa: Standard and Poor’s

El Diario de Chihuahua / Instalaciones del banco chihuahuense
/ El dictamen de la calificadora de riesgo crediticio Standard and Poor’s y que recién hizo público

David Piñón / El Diario de Chihuahua

sábado, 21 mayo 2022 | 08:44

Chihuahua.– La calificadora de riesgo crediticio Standard and Poor’s (S&P) advirtió que existe un deterioro en la calidad de los activos del banco chihuahuense Bankaool, asociado a un alto índice de morosidad, lo que se ha reflejado el incremento de mil 267 por ciento en su cartera de crédito con problemas de cobro.

“Es importante recalcar que si Bankaool no revierte la tendencia de deterioro constante en los niveles de activos improductivos, podríamos revisar a la baja su evaluación de posición de riesgo, lo que nos llevaría a bajar sus calificaciones en más de un nivel”, concluye la agencia internacional en un análisis que recién hizo público.

Con una calificación en grado especulativo (BB con perspectiva negativa) por parte de S&P, Bankaool ha mantenido el deterioro en sus indicadores debido, entre otras cosas, al aumento en la cartera vencida, pese a constantes inyecciones de capital.

“Es importante señalar que, durante el último trimestre de 2021, Brad Hanson, quien es uno de los principales accionistas del banco, fue designado como el nuevo director general de Bankaool, lo cual trajo consigo una reconfiguración de la estructura organizacional”, asienta el reporte. 

“Consideramos que el proceso de reestructura podría ofrecer oportunidades para mejorar y fortalecer el gobierno corporativo a futuro; sin embargo, el resultado del cambio organizacional en el desempeño del banco aún está pendiente a materializarse”.

El análisis actualizado de la calificadora, publicado el 20 de abril de 2022, está basado en su calificación “mxBB/Negativa/mxB”.

“La perspectiva negativa para los próximos seis a 12 meses de la calificación de largo plazo de Bankaool, refleja las presiones en los indicadores de calidad de activos del banco, lo que podría seguir limitando su rentabilidad por mayor generación de reservas para pérdidas crediticias, y, en consecuencia, los niveles de capitalización ajustada por riesgo”, señala.

En un escenario negativo planteado en el análisis, establece que “podríamos bajar las calificaciones en más de un nivel durante los siguientes seis a 12 meses si: el indicador de activos improductivos muestra una tendencia al alza de manera consistente (...); y si muestra un índice de capital ajustado por riesgo (RAC, por sus siglas en inglés) consistentemente por debajo del 7 por ciento, resultado de pérdidas mayores a las esperadas, y/o de que el banco no implemente una estrategia de fortalecimiento de su base capital que compense el resultado neto negativo”.

En contraparte, en un escenario positivo que también contempla, asienta que “podríamos revisar la perspectiva a estable en los siguientes meses si el banco libera presiones en sus niveles de activos improductivos, a través de una reducción en cartera vencida, derechos de cobro y/o un desplazamiento de bienes adjudicados. Lo anterior también considera que el banco mantenga niveles de capitalización similares a los observados en 2021, estabilidad en su base de depósitos y una mejora gradual en la estabilidad del negocio”.

“La posición de negocio de Bankaool continuará limitada por la baja participación de mercado, la alta concentración de ingresos por línea de negocio y geografía”, prevé el calificado en el apartado del fundamento de su análisis. 

Considera que el banco tiene frente a sí el reto de generar la suficiente escala de negocio que le permita alcanzar el punto de equilibrio de manera orgánica. 

“Por otro lado, los ingresos operativos mostraron un crecimiento de 96% comparado con 2020, explicado por un ingreso extraordinario relacionado con partidas virtuales en los estados financieros de Bankaool. De no haberse presentado dicho movimiento contable, el banco no hubiera sido capaz de alcanzar un resultado neto positivo al cierre del ejercicio fiscal 2021”, explica.

Proyecta también que el indicador medido por S&P continúe presionado por el elevado nivel de activos improductivos y los limitados niveles de rentabilidad. 

Además, insiste que la calidad del portafolio de créditos de Bankaool seguirá mostrando un alto nivel de activos improductivos, “aunque con una ligera tendencia de mejora para los próximos 12 meses”. 

“El deterioro observado en nuestro indicador de calidad de activos también se asocia con el incremento en la morosidad respecto a la nueva originación del banco”, agrega.

“Finalmente, Bankaool tiene un modelo de negocio que atiende a una base de clientes con menor calidad crediticia y más sensible a cambios en el ciclo económico, con el objetivo de obtener mayores márgenes de rentabilidad. Si bien opera en un sector contracíclico, como es el agropecuario, consideramos que su exposición de cartera a sectores más vulnerables a condiciones adversas de mercado, como servicios financieros, comercio, pymes y construcción podrían presionar sus indicadores de morosidad”, advierte. 

“A estos factores se suma la alta concentración de los 20 principales acreditados, que se ubicó en 70% (sin considerar derechos de cobro) al cierre de diciembre de 2021. De tal manera, el incumplimiento de cualquiera de ellos podría elevar drásticamente los niveles de cartera vencida y la creación de reservas”, agrega.

El deterioro de Bankaool

Apenas el pasado 1 de mayo, El Diario dio a conocer que la cartera de crédito con problemas de cobro de Bankaool creció mil 267 por ciento entre enero y marzo de este año al pasar de 18 millones de pesos a 246 millones de pesos, según los estados financieros de la institución dados a conocer públicamente. 

El banco de origen chihuahuense publicó su estado de situación financiera en un periódico de la Ciudad de México, a pesar de que la mayor parte de sus operaciones la tiene concentrada en Chihuahua.

De acuerdo con la información, la institución dio a conocer la evolución de sus indicadores, que muestran deterioro en el renglón de la Cartera Etapa 2 y otros, según el comparativo de los estados financieros al cierre de enero de este año y los recientemente presentados hasta el mes de marzo.

La Norma Internacional de Información Financiera (NIIF), en inglés IFRS 9, emitida por la Junta de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB en inglés), define a la Cartera Etapa 2 como los instrumentos financieros que han sufrido un deterioro significativo en su calidad crediticia desde la etapa inicial de su reconocimiento.

Así, la Cartera Etapa 1 es la que se encuentra al corriente y en este rubro asienta el reporte del banco que a enero de este año contabilizaba cuatro mil 238 millones de pesos, pero en marzo disminuyó a cuatro mil 104 millones de pesos.

La Cartera Etapa 2, a enero de este año, se encontraba con 18 millones de pesos bajo el concepto de “créditos comerciales”, mientras que dos meses después se elevó al mil 266.6 por ciento, ahora con “créditos comerciales” por 194 millones de pesos y de “entidades financieras” por 52 millones de pesos. 

Esta cartera, considerada con problemas de pago, es diferente a la Cartera Etapa 3, que es la que anteriormente se clasificaba como Cartera Vencida. En este renglón la institución reportó 92 millones de pesos en enero y 96 millones de pesos en marzo, un incremento del cuatro por ciento.

Por otra parte, el banco mostró discrepancias entre el Índice de Capitalización (Icap) reportado en sus estados financieros publicados en un periódico de la Ciudad de México y los apenas reportados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). 

El Icap representa la fortaleza financiera de una institución para soportar pérdidas no esperadas por los riesgos en los que incurre. La fórmula mide la relación entre el capital aportado por los accionistas y los activos sujetos a riesgo (Cartera de Crédito).

El deterioro es parcialmente explicado por una combinación de pérdidas netas, derivadas de márgenes financieros débiles y gastos administrativos excesivos, y por un deterioro en la calidad de la cartera.

Al año 2022, la cartera vigente (ahora Etapa 1), muestra un fuerte declive en una comparativa mensual. Lo anterior sugiere problemas de colocación, posiblemente producto de una falta de apetito al crédito por parte del mercado.

Una cartera en problemas (Etapa 2) al alza implica un fuerte deterioro en la calidad de los activos. El disparo es producto en su mayoría por deterioro en “créditos comerciales”, lo cual, dado el ciclo económico por el que atraviesa el país, podría indicar apenas los inicios de una fuerte degradación en la calidad de los activos de la institución.

Además, la cartera vencida (Etapa 3) continúa creciendo, lo que indica que tanto las estimaciones preventivas y como los castigos al estado de resultados continuarán empeorando.

Lo anterior impacta directamente al capital de los socios, mismo que ha venido cayendo de 903 millones de pesos en enero 2022 a 896 millones de pesos en marzo de este año.