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Desechan más de mil 200 toneladas de alimento

El 12.0% de la basura habitacional son residuos alimenticios: SP

Salud Ochoa/El Diario

viernes, 31 diciembre 2021 | 07:00

Buscar comida en botes o bolsas de basura es, para muchos, una forma de subsistencia diaria. Para otros, es una costumbre desechar alimentos que se compran en el supermercado pero que, por alguna u otra razón en casa no se consumen.

En Chihuahua capital, según informes de la Dirección de Servicios Públicos Municipales, cada día se recolectan mil 250 toneladas de basura proveniente de las actividades comerciales e industriales, así como desechos habitacionales. Estos últimos representan el 60 por ciento de esa basura, es decir, 750 toneladas, y de ellas, el 12 por ciento corresponden a residuos alimenticios, lo que significa un promedio de 90 toneladas diarias.

En total, partiendo de dichas cifras, durante una semana se generarían por lo menos 630 toneladas de desechos orgánicos -alimenticios- únicamente provenientes de la recolección habitacional, a los que se sumarían aquellos generados en los establecimientos comerciales, restaurantes y empresas.

Sin embargo, las más de 600 toneladas de restos alimenticios recolectadas cada día, no llegan en su totalidad al basurero, ya que -además de quienes buscan material reciclable- están aquellos que recorren las calles hurgando en la basura, en busca de un poco de comida.

Mariana, empleada de 38 años, dice que en el caso de su familia ha detectado un comportamiento curioso: cada fin de semana se compra el mandado para los días restantes y aunque se adquiere solo lo necesario, siempre termina por desecharse por lo menos un 20 por ciento de la comida, en particular las verduras. El problema, explica, es que al ir a trabajar ni ella ni su pareja tienen tiempo de volver a casa a la hora de la comida por lo que compran alimentos en la calle para sobrellevar la jornada.

“En la mañana el desayuno es apenas un café o si mucho una taza de cereal; al mediodía cada uno come en la calle y es hasta la tardenoche cuando volvemos a comer algo en casa. A esa hora ya estás cansada y lo que menos quieres es ponerte a cocinar; entonces, comes cualquier cosa o vuelves a comprar en la calle”.

De esta forma, los alimentos adquiridos el domingo se van rezagando durante días hasta perder el estado idóneo para el consumo. Entonces se dejan en la basura. El siguiente fin de semana, la intención de comer sano y gastar menos vuelve y el ciclo se repite.

“No es tanto que uno quiera desperdiciar la comida, porque además te significa un gasto, sino que a veces te gana la actividad diaria y tienes que comer fuera de la casa. Pero, tampoco puedes tener el refrigerador vacío porque habrá un momento en el que quieras comer algo”, dice.

Para el ambientalista Arturo Limón, el desperdicio de alimentos no sólo significa pérdida de dinero, sino de la posibilidad de alimentar a otras personas que carecen de la suficiencia económica para adquirir productos básicos.

“Se pierde mucho recurso por los alimentos desperdiciados y se pierde también la posibilidad para alimentar a muchas personas. Alguien tendrá que pagar el costo de eso. Se compra con los ojos, se tiran alimentos y bebidas de forma indiferente y pierde la sociedad”, asegura.

El desecho de alimentos se agrava durante la temporada navideña, cuando se elabora una gran cantidad de comida, que se consume en mayor proporción también, pero mucha de ella se pierde.

“Tipifico el fin de año como el fin de semana. Hay una actitud de dispendio y derroche que crece en esta época. El común denominador en la Navidad son los alimentos. Es una gran cantidad de comida la que se pierde. Nos avasalla el modelo consumista de los americanos, un modelo dispendioso y que permea en nuestra sociedad porque estamos en una dinámica en la que creemos que los alimentos invariablemente estarán disponibles y no es así. Algunas estadísticas dicen que el mexicano come en promedio 12 pollos al año, pero esa cifra no aplica para todos”, enfatiza.

El desperdicio de alimentos en México

En México, según información de la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura, por sus siglas en inglés), alrededor del 35 por ciento de los alimentos preparados y producidos en el país se tiran a la basura. Esta cifra puede llegar hasta un 40 por ciento si se trata de carnes blancas como el pollo y el pescado y un 37 por ciento para la carne de res. Esto equivale a 20 millones de toneladas de comida cada año.

La pérdida de alimentos tiene implicaciones sociales, pero también ambientales y económicas; la producción y el desecho de productos alimentarios incrementa de manera importante la emisión de gases invernadero y genera pérdidas sustanciales para los agentes que preparan y comercializan comida.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social -Coneval-, tanto en la canasta básica rural como en la canasta urbana los alimentos procesados tienen una representación importante; sin embargo, todavía cerca de 20 millones de mexicanos no pueden acceder a esta cesta alimentaria, aun cuando destinaran todos sus ingresos a ella.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que en el mundo se desperdicia el 31 por ciento de los alimentos producidos; 17 por ciento se tira en los comercios y en los hogares, mientras que el 14 por ciento restante se pierde por problemas climáticos y de fauna. En cualquier caso, se trata de grandes cantidades de alimento que podrían satisfacer el hambre de millones de personas.

En este sentido, la FAO destaca que el desperdicio de alimentos, en todas sus formas alcanzan el billón de dólares (680 mil millones de dólares en países industrializados y 310 mil millones de dólares en países en desarrollo).

De igual forma, representa una amenaza ambiental, dado que, se ha señalado que para producir los alimentos que se desperdician a nivel global, el mundo debe emplear el 38 por ciento del uso total de la energía.

Según el Índice de Desperdicio de Alimentos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) 2021, tan solo en Latinoamérica y el Caribe, cada persona desperdicia en promedio 69 kilos de comida al año. En toda la región se desperdician 220 millones de toneladas en ese mismo lapso.

En el caso de México, cada persona tira a la basura alrededor de 94 kilos de comida lo que redunda en una pérdida de 11.9 millones de toneladas de alimentos al año. Esta situación coloca al país como uno de los más desperdiciadores en la región, solamente superado por Brasil, que genera al año 12.5 millones de toneladas de desperdicio alimenticio. Belice es la nación que menos alimentos desperdicia con un promedio per cápita de 53 kilogramos.

La otra cara del desperdicio de alimentos: hambre y pobreza

En contraste, cada vez son más las personas que no tienen el recurso suficiente para comprar alimentos. En el estado de Chihuahua, datos del Coneval arrojan que, al cierre del 2020, un segmento de 337 mil 180 personas no pudo adquirir el valor de la canasta básica alimentara, lo que significa un 11.1 por ciento más que las 303 mil 467 registradas en el 2018.

La información difundida por la Plataforma de Inteligencia para la Competitividad del Sector Privado, precisa que en la entidad también se tiene una cantidad de 464 mil 607 personas calificadas como vulnerables por ingresos ya que este es inferior o igual a la línea de bienestar.

El referido informe señala que, si bien la pobreza en Chihuahua disminuyó en 5 de 6 carencias sociales durante el lapso 20182020, la población vulnerable por ingreso, que no puede adquirir la canasta básica alimentaria aumentó en 7.5 por ciento al igual que las personas con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingreso.