El niño aceptó, y de inmediato se vio con un cigarrillo encendido en la boca, aspirando y tosiendo para ser uno de la pandilla
Froilán Meza Rivera
sábado, 01 abril 2023 | 05:00Definitivamente no era del rumbo.
Lo interrogaron, que de dónde venía, que dónde vivía, que qué diablos hacía ahí con ellos, y a esa hora...
El extraño apenas les respondió con algunas evasivas y en tono bajo de voz, como con timidez.
"¿Te quieres juntar con nosotros?" --preguntó el más chaparrito de ellos. "Sí, me gustaría mucho", respondió el extraño.
A Pancho, el rudo, le pareció que si el rarísimo chavalo venido de alguna casa "popis" quería hacer migas con ellos, debería primero pasar por el consabido rito de iniciación.
El niño aceptó, y de inmediato se vio con un cigarrillo encendido en la boca, aspirando y tosiendo para ser uno de la pandilla.
Pero algo se atoró en su garganta, al parecer una bocanada de humo que se negó a salir, y el rostro del infante se puso primero rojo, luego morado, y no dejaba de hacer visajes y expresiones de angustiosa asfixia.
No faltó quien le diera golpes en la espalda... lo sacudían... revoloteaban sin cesar tratando de no permanecer impasibles ante la desgracia que se estaba gestando delante de sus ojos... gritaban, lloraban...
Todo resultó inútil. El niño de los pantalones cortos y la chaquetita con moño se desplomó inerte, con una expresión de terror congelada en su cara, con las manos agarradas a la corbatita ridícula.
Tieso, inmóvil.
Algunos de los chamacos ya habían traído a sus mayores, llegó el gendarme de la caseta de policía que hacía guardia a una cuadra, y en pocos minutos la multitud fue tan grande que hubo que encender otra fogata.
La autoridad dio fe del incidente, a nadie se culpó por lo sucedido, pero para asombro de todos, el niño no fue reclamado a pesar de que se hicieron indagaciones entre la gente del pueblo y aún en otros rumbos de la ciudad.
¿De dónde salió? ¿Por qué vestía ropas de niño rico? ¿Por qué estaba tan pulcro, y quién lo peinó? Ni padres, ni parientes, ni nada, el depósito de cadáveres conservó el cuerpo algunas semanas hasta que todos se cansaron de buscar, de preguntar sobre el niño que salió de la nada.