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Murciélagos de Santa Eulalia

Son amigos de la agricultura

Estos ejemplares se alimentan de insectos que pueden convertirse en plagas, dice investigador de la UACh

De la Redacción / El Diario

lunes, 26 septiembre 2022 | 18:17

Aproximadamente a 10 km al suroeste de la ciudad de Chihuahua, se ubica una pequeña, pero antigua localidad llamada Santa Eulalia, que pertenece al municipio de Aquiles Serdán. En este lugar se ubican las Minas de Bustillos, donde aún se realizan trabajos de extracción, pero que tiene una maravillosa particularidad: es hogar de cientos de miles, o quizás millones de murciélagos de la especie conocida como murciélago de cola suelta.

Lo anterior fue comentado por Jesús Fernández, maestro investigador de la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua, quien agregó que este pequeño murciélago se distribuye en gran parte del continente, con la curiosidad de que las poblaciones que habitan Estados Unidos y el norte de México tienen un comportamiento migratorio, es decir, se mueven durante los meses más fríos del año de las localidades norteñas, hacia el centro y sur de nuestro país o incluso a países ubicados al sur de México, donde encuentran refugio y alimento.

“Esta especie gusta de vivir en colonias que pueden estar formadas por millones de individuos, aunque se sabe que comparte refugios con hasta otras seis especies diferentes de murciélago. Los refugios que ocupan son principalmente cuevas, pero también pueden ser huecos de árboles, minas o edificios. Como estos murciélagos se alimentan de insectos, se considera una especie de importancia ecológica y económica por el servicio ecosistémico gratuito que brinda al consumir insectos como algunas polillas que tienen importancia agrícola porque pueden convertirse en plagas y devastar cultivos”, expresó el investigador.

Informó que, aunque esta especie aún no está protegida por nuestra legislación, al ser un murciélago migratorio, lo protege la Convención para la Conservación de las Especies Migratoria de Animales Silvestres, la cual está firmada por el Gobierno Mexicano.

Más allá de las implicaciones legales de dañar una colonia de esta especie, en algunos sitios los investigadores han observado reducciones de hasta el 99 por ciento de los individuos porque aunque en primera instancia pudiéramos pensar que las cuevas y minas son sitios seguros para los murciélagos, estos lugares se consideran ecosistemas altamente vulnerables, amenazados por la urbanización, la contaminación del agua subterránea y por el vandalismo causado por personas que ignoran el enorme servicio que nos presta esta especie.

Los murciélagos que viven en el área de Santa Eulalia, cada noche, cuando el sol se está ocultando, salen en masa, hambrientos, en busca de insectos que comer. Y aunque no existe evidencia definitiva aún, Sergio Luevano, también profesor de la Facultad de Zootecnia y Ecología, quien, junto con sus alumnos, están estudiando los movimientos locales de estos murciélagos, me comentó que es muy probable que los pequeños mamíferos voladores tomen rumbo a la rica región agrícola de Delicias, Chihuahua, donde se producen múltiples cultivos como algodón, alfalfa, trigo maíz, entre muchos otros.

Algunos investigadores calculan que una colonia de un millón de ejemplares de nuestro murciélago consume cada noche hasta ocho toneladas de insectos; cálculos conservadores establecen que hasta 250 mil murciélagos habitan la Mina de Bustillos, los cuales podrían estar consumiendo hasta 2 toneladas de insectos en Delicias cada noche, y de esta forma apoyando la producción agrícola y la economía chihuahuense.

En ocasiones, animales que no son populares y que el público en general les teme y les persigue como a las serpientes y los murciélagos, son componentes clave en los agroecosistemas porque se alimentan de otros animales que tienen el potencial de causar perjuicios a la producción de alimentos, como lo son algunas especies de roedores y de insectos.

“En este caso, la conservación de la colonia de murciélagos de Santa Eulalia continuará dando enormes beneficios gratuitos a la economía y la salud de los chihuahuenses, porque menos insectos plaga significa menos dinero invertido en insecticidas y mayor producción de alimentos de mejor calidad”, finalizó el investigador Fernández.