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Visitan a sus 'angelitos'

“Siempre los tenemos presentes, todos los días del año y cada hora del día”, señaló Rome Rivero

Silvestre Juárez/El Diario

De la Redacción/El Diario

martes, 02 noviembre 2021 | 07:20

Como parte de la tradición del Día de Muertos, familias chihuahuenses visitaron el día de ayer 1 de noviembre a los “angelitos”, los niños difuntos que perdieron la vida a temprana edad y que son sepultados en un pabellón especial en los cementerios.

“Oficialmente, según el calendario católico, el día 1 de noviembre está dedicado a Todos Santos y el día 2 a los Fieles Difuntos. Sin embargo, en la tradición popular de gran parte de la República Mexicana, el día 1 se dedica a los muertos chiquitos o niños fallecidos, y el día 2 a los adultos o muertos grandes. 

No obstante, se dan una serie de variantes a lo largo del país: en algunos lugares se dice que el 28 de octubre es el día de los matados, o sea de aquellos muertos en accidente, y que el día 30 de octubre llegan las almas de los limbos, es decir, de los niños que murieron sin ser bautizados.

Esta distinción de dos celebraciones de muertos según la edad, proviene de la época prehispánica. Fray Diego Durán dice que en el ritual indígena nahua existían dos fiestas dedicadas al culto a los muertos: Miccailhuitontli o Fiesta de los Muertecitos, que se conmemoraba en el noveno mes del calendario nahua, y equivalía al mes de agosto del año cristiano; y la Fiesta Grande de los Muertos, celebrada el décimo mes del año”, esto según destaca en el libro La Festividad Indígena Dedicada a los Muertos en México, editado por Conaculta.

Sin embargo la creencia popular se ha arraigado en Chihuahua, donde las familias señalan que eligen siempre este día para visitar las tumbas de los difuntos que no alcanzaron la mayoría de edad.

Tal es el caso de la familia Rivero, quienes acudieron a llevar ofrendas florales como es tradición en esta fecha cada año. “Venimos hoy a visitar a los angelitos, siempre en esta fecha y bueno, sólo el año anterior no tuvimos oportunidad, pero ahora aquí estamos. Lo hacemos para no olvidarlos, hoy en especial visitamos donde descansan sus restos, pero siempre los tenemos presentes, todos los días del año y cada hora del día”, señaló Rome Rivero.

Asimismo, en la tumba de su pequeña hija, se lee el siguiente epitafio: “Querida hijita, tú que tan cerca estás de Dios. Ruégale que nos dé fuerza y humildad para poder soportar tu ausencia. Tus padres y hermanos que nunca te olvidarán”.