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Entre 100 y 300 centroamericanos expulsados de EU, algunos con Covid, llegan diario a un albergue en Nogales, pese a que tiene sobrecupo
César Martínez/Reforma
sábado, 21 agosto 2021 | 07:54Ciudad de México.- Entre 100 y 300 centroamericanos expulsados de EU, algunos de ellos con Covid, llegan cada día al albergue de San Juan Bosco, en Nogales, Sonora, desde finales de julio, a pesar operar al límite de sus capacidades con una saturación de hasta 400 personas.
Juan Francisco Loureiro Esquer, asesor jurídico y director del albergue, señaló que en los último 25 días han atendido a unos 30 migrantes contagiados con Covid-19, incluidos niños, debido a que ninguna autoridad mexicana realiza controles migratorios o sanitarios cuando ingresan al país.
De acuerdo con los testimonios de los migrantes, la mayoría son detenidos en Texas y en vez de ser enviados a Ciudad Juárez, Chihuahua, las autoridades estadounidenses los trasladan por hasta seis horas hasta Arizona, donde los expulsan hacia Nogales a cualquier hora.
"El Instituto Nacional de Migración (INM) tiene un horario de 8 de la mañana a 8 de la noche, después de ese horario ellos ya no se dan cuenta de cuántas personas están expulsando durante toda la noche, porque en nuestra frontera se realizan deportaciones a deshoras, no existe un horario específico", aseguró Loureiro Esquer.
"Ya no hay un control, una estadística real, no la puede tener el INM, de cuántas personas son expulsados diariamente".
Ubicado a menos de 2.5 kilómetros de la garita Dennis DeConcini, el albergue San Juan Bosco es la única institución que atiende a los migrantes, por lo que en sus instalaciones ha recibido en los últimos días personas con muletas e incluso madres con bebés en brazos.
Debido al incremento de las últimas semanas en el número de migrantes expulsados por el Gobierno de Estados Unidos bajo el Título 42, activado con pretexto de la pandemia de Covid-19, el albergue opera por arriba de su capacidad de alojar a 300 personas, por lo que en una habitación con literas para 30 personas, por ejemplo, han tenido que poner colchonetas en el piso para otros 18 migrantes.
En la estancia, donde hay un letrero con la palabra "Bienvenidos", han dormido 15 mujeres con 12 niños; durante el día ese espacio es adaptado como comedor para todos.
Por esta circunstancia, el albergue ha pedido a la Secretaría de Salud local y al Instituto Nacional de Migración realizarles una prueba de Covid-19 a los migrantes antes de poder recibirlos.
"Estamos solicitándole a las autoridades de salud de los tres niveles de Gobierno que se responsabilicen de todas estas personas que están ingresando a nuestra frontera, porque no existe un protocolo para la detección de las personas que vienen contagiadas", dijo el director del lugar.
Tan sólo el 29 de julio, el albergue San Juan Bosco alojó a 380 migrantes expulsados de Estados Unidos, provenientes principalmente de Guatemala, Honduras y El Salvador, los cuales no fueron atendidos por el INM.
Por esta situación, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ya comenzó una investigación de oficio sobre el actuar del INM, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Secretaría de Salud federal, entre otras autoridades federales, estatales y municipales.
"El flujo migratorio que arriba por medio de las deportaciones masivas requiere de atención y ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades básicas, alimentarias, de salud, sanitarias y de seguridad", alertó el organismo que dirige Rosario Piedra Ibarra.
Realiza EU 845 mil expulsiones hacia México
Desde el 20 de marzo de 2020, cuando Estados Unidos activó el Título 42 para restringir la entrada de migrantes a su territorio, la Patrulla Fronteriza ha realizado más de 845 mil expulsiones hacia México, 450 en la primera mitad de este año, ya bajo la Administración de Joe Biden, de acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Un informe realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de la ONU, revela que la mitad de los migrantes expulsados hacia México provienen de Honduras, 27 por ciento de Guatemala, 13 por ciento son mexicanos y otro 8 por ciento salvadoreños; el resto son ciudadanos de Nicaragua, Venezuela, Cuba, Ecuador y Haití.
El documento, dado a conocer el jueves pasado, muestra una diferencia demográfica entre la migración mexicana y de Centroamérica, pues en el caso de los mexicanos 8 de cada 10 personas expulsadas por EU fueron hombres, mientras que en el resto de las nacionalidades el 66 por ciento fueron mujeres.
Además, el 51 por ciento de los encuestados dijo tener entre 21 y 30 años de edad.
Mientras Estados Unidos envía a los extranjeros a México, sin preocuparle que no haya ningún control migratorio o sanitario, la Administración de Joe Biden implementó un programa especial con ayuda de las Naciones Unidas para concluir con el programa Quédate en México, mediante el cual los extranjeros que solicitaron asilo están ingresando a Estados Unidos luego de comprobar que no tienen Covid-19.
Desde el 23 de enero y hasta este jueves, 13 mil 109 personas que esperaban en México a que avanzaran sus procesos en Estados Unidos ya habían cruzado hacia el país del norte, a través de las ciudades de Tijuana, Matamoros, Ciudad Juárez, Reynosa, Nuevo Laredo y Piedras Negras.
Este mes, Estados Unidos comenzó a realizar expulsiones exprés bajo el Título 42 vía aérea hacia Chiapas y Tabasco, donde el INM lleva a los migrantes a la frontera con Guatemala y los deja a su suerte.
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