El 12 de octubre, el Colef no tuvo clases y Diana aprovechó para hacer pendientes en Playas de Tijuana, al noroeste, donde residía. Tomó su bicicleta -que la mayoría de sus allegados conocía- una Tern Link C8 gris, colocó su casco y comenzó su recorrido.
Alrededor de las 11:50 horas, Diana condujo por la transitada avenida Paseo Ensenada, una vía que ella conocía bien, pues vivió en Tijuana desde el 2010.
Con dos décadas de experiencia en el ciclismo urbano y un esposo ciclista también, conocía las reglas, ocupó el carril derecho y siguió de frente, como indica el artículo 35, fracción I, del Reglamento de Tránsito de la ciudad.