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martes, 05 febrero 2019 | 02:09-Obvio que a Chuy lo ha recogido Corral
-Mucha basura en las afueras de Palacio
-Grúas, urgente acabar con el pulpo
Algunos de nuestros lectores se asombran de que no hay huachicol en las gasolineras por más que investiga la Fiscalía General del aparentemente relajado César Augusto Peniche Espejel.
Es un asombro que no es gratuito, porque son decenas de incidentes los que han ocurrido con gasolina muy sucia que es despachada en las gasolineras, y que ha provocado incidentes mecánicos en confiados automovilistas.
Nos dicen que el problema mayor se presenta en los negocios que venden el combustible por debajo del precio promedio.
Si no es gasolina robada, entonces algo está fallando en el proceso de despacho o en los depósitos del combustible. O bien la están rebajando con algún químico para completar el litro.
Son múltiples las quejas de desperfectos ocasionados por gasolina repleta de residuos contaminantes, que ponen en riesgo los automotores, sin que ninguna autoridad realmente actúe.
La Profeco es una entelequia que no sirve para nada. Los automovilistas ya ni se quejan. Sólo se alejan de aquellas gasolineras que en el completo desparpajo venden litros completos pero llenos de basura.
La queja va para Oro Negro específicamente. Al buen entendedor pocas palabras.
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La alianza de Chuy Velázquez -flamante diputado del PRI vestido de independiente- con Palacio de Gobierno, tiende a convertirse en un hermanamiento electoral.
Nadie duda que el exdirigente de la CNC local tiene contactos construidos a lo largo de su paso por el PRI, en los últimos tiempos particularmente con la ayuda de su amigo César Duarte.
Era un operador muy cercano y efectivo. Gozó siempre muy cerca de las mieles del poder, en una administración cercana a los liderazgos campiranos.
Hoy ese conocimiento y manejo está a disposición del proyecto de Javier Corral. Lo vimos con las votaciones decembrinas, con la reestructura y el proyecto financiero 2019.
Le valió dos cacahuates dar la espalda al partido tricolor, con el cual construyó su carrera. Hoy se vende al mejor postor, convertido también en testigo protegido contra sus antiguos padrinos.
Esta situación se hizo más patente con la gira del gobernador a Guachochi, hace apenas unos días, y que fue operada por Chuy, con singular destreza.
Las imágenes no permiten duda alguna. Hasta en la sopa aparece el diputado, sonriente, al lado del jefe del Ejecutivo. Sea en el evento público, en el convivio o en la radio. Tiene el nuevo amanecer un operador muy sacrificado.
Un político chapado a la antigua que no tiene problema alguno en pactar hacia el 2021. Pragmatismo puro y sin pudor en ambos extremos. Hay que echar mano de lo que sea. Más cuando es oportunidad de poner a salvo el pellejo. Otro.
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El centro de la ciudad luce muy descuidado en particular en zonas adyacentes a Palacio de Gobierno. Lo mismo la Plaza Hidalgo que el monumento al Policía o las fuentes ex-danzarinas.
Los espacios públicos se caen a pedazos sin que la autoridad estatal los atienda. Están a unos metros del despacho del gobernador, ni modo que no se perciba desde los camionetones blindado en que se conduce el señor y sus achichincles.
Para colmo en la Plaza Hidalgo los letreros de no pisar el césped son una burla. ¿Cuál pasto?. No hay siquiera un pequeño espacio verde en la zona.
Pero además está sucia. Como que no hay la mínima atención, cuando se trata de la antesala al Palacio de Gobierno, el principal edificio histórico de la ciudad, por donde desfilan miles de turistas.
Pero no es solamente esta plaza. A un costado de Casa Chihuahua se encuentra el Monumento al Policía. Es patética la situación en que se encuentra.
No se diga al caminar dos pasos y clavar la mirada en las fuentes danzarinas. Y un poco más abajo, rumbo a la avenida Niños Héroes, una obra abandonada en lo que sería un estacionamiento monumental, que se la pasa inundado como una auténtica alberca olímpica.
Las imágenes en nuestra versión digital, nada benéficas para el primer cuadro de la ciudad y la buena impresión que debe dar nuestra ciudad.
En contraste, a unas cuadras, la Plaza de Armas luce limpia y muy verde. ¿Cuál será la razón?
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No tardaron mucho las reacciones en relación con la iniciativa de regulación vial, particularmente tratándose de los “gruyeros o grulleros (¿cómo será?)”.
Fieles lectores de GPS insistieron en la bondad de eliminar de tajo el gran negocio de las concesiones de grúas, que la pasan esquilmando a los automovilistas.
Lamentaron el gravísimo error y superficialidad con que se maneja el tema en el Congreso del Estado, con iniciativas que no son iniciativas sino exhortos, como lo advertíamos en este mismo espacio.
El tema de las grúas es altamente sensible porque da la casualidad de que se trata de un asalto en despoblado la manera en que se conducen, y donde todos obtienen tajada, con cargo al incauto conductor de auto.
Son millones de pesos los que se obtienen anualmente y de manera abusiva por este concepto mediante el pretexto de la concesión pública.
Por ello, modificar la ley para que terceros puedan conducir los vehículos en el caso de ebriedad sin necesidad de grúa, por poner un ejemplo, despierta toda la simpatía de los ciudadanos.
Veremos si realmente hay disposición por reventar un pulpo corrupto de 100 cabezas.
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Muy mal parado quedó Chihuahua en la conferencia de prensa matutina de Palacio Nacional cuando Alejandro Encinas, en su calidad de subsecretario de gobernación federal en materia de derechos humanos, destacó a Nuevo León o a la ciudad de México, en el tema de protocolos forenses de identificación de personas desaparecidas.
Chihuahua ni por asomo fue mencionada. El nuevo amanecer no aporta realmente en el esfuerzo de identificación de miles de cadáveres que esperan reencontrarse con sus seres queridos para una cristiana sepultura.
Una mancha más al tigre.