Opinion

-Los bancos no se quedarán con el palmo de narices

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viernes, 15 febrero 2019 | 01:47

-Tiene el gobernador buen estómago

-Quemar en leña verde la libertad de expresión

-Ni la sumisión ha salvado a ombudsman

“O es mayor el plazo, o es mayor la amortización por la deuda”

 No fue una ni dos, ni 100. Fueron 234 preguntas las que debió contestar la Secretaría de Hacienda en relación con la reestructuración de la deuda por 28 mil millones de pesos.

 Muchas o pocas las inquietudes, dudas y zozobras, según quien las cuente, retratan de cuerpo entero el grave problema que significa negociar una amortización por el mismo tiempo, con una menor tasa de interés y pagos chiquitos, para que permitan maniobrar financieramente al gobierno de Javier Corral.

 Exacto. Es muy difícil encontrar esas condiciones en el mercado. O es mayor el plazo o es mayor la amortización por la deuda.

 ¿De qué otra manera puede reducirse o al menos permanecer en el mismo nivel la deuda, sin acrecentarse por el natural impacto del interés?

 Los genios asesores financieros de Corra, y la institución bancaria contratada para ser la gestora y asesora principal, se supone están trabajando en el asunto.

 Pero por lo pronto, la barca hace agua. Debió retrasarse casi un mes la apertura de proposiciones, el fallo y la firma de contratos, porque los tiempos estipulados no daban. Ahora hay que esperar a marzo.

 Hubo que patear el bote hacia delante de nuevo, en espera de resoluciones de las instituciones postoras que revisan con lupa la letra chiquita. No serán ellas las sorprendidas con el negocio bursátil.

 Si Corral piensa eso se equivoca. Los consejos de administración y comités de crédito no quedarán con un palmo de narices. Son mercaderes y buscan lucro. Como él busca un respiro financiero.

 Trata de comprar oxígeno caro, con cargo a las generaciones futuras, incluso con el colmo de que los tiempos encima probablemente ni siquiera permitan proyectar obras de gran calado a largo plazo. El tiempo se terminó.

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 Esos cambios de humor hormonal hacen de nuestros gobernantes seres indescifrables. Un día sonríen y al siguiente muestran la jeta con rictus de pocos amigos.

 Dicen que la política es tragar sapos sin hacer gestos. Y algunos lo practican con singular gusto.

 Vimos al gobernador en la ciudad de México encabezando una insurrección en contra de una política centralista del gobierno federal, y, no lo crea, pero minutos después se deshace en halagos.

 Pues quién lo comprende. Era de a devis o de a mentis, como dicen los chavos.

 Después de dejarse caer en contra del centralismo lopezobradorista, despotricar bastante fuerte, se dejó ver allá en el viejo edificio de la Secretaría de Salud, en Lieja 7, frente a la estela de luz calderonista.

 En ese vetusto inmueble edificado con piedra volcánica, verdadera obra de arte moderna, sostuvo una cálida reunión con el secretario Jorge Alcocer.

“Este mediodía hemos celebrado reunión de trabajo con el respetable investigador y Secretario de @salud_mx, Dr. Jorge Alcocer Varela, para presentar propuesta sobre el sector Salud en #Chih y dar seguimiento a compromiso presidencial de terminación de hospitales en #CDJRZ”. La melosa comunicación va acompañada de afectuosas imágenes.

 Quien pudiera decir que minutos antes, a veinte de ahí tomando Reforma derechito, en el centro histórico, el gobernador Corral no dejaba títere con cabeza en el tema minero. Eso es tener estómago, y bastante porque vimos muy recuperado al mandatario.

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 Se ha convertido el ministerio público, y mas grave aún, el Poder Judicial, en agudo acicate de la libre expresión de las ideas. 

 Más allá incluso, hurgan en el historial de las personas, generan un cuadro psicológico y luego descargan sobre él un poder clarividente del Estado que los hace potenciales criminales.

 Con esos elementos, llevan al sujeto a la cárcel, con el agravio de incitar a la violencia contra las mujeres.

 Se trata del proceso instaurado en contra de Efraín, el bloguero Moriarty, quien se encuentra procesado por haber realizado publicaciones en su blog.

 Hizo Moriarty publicaciones ofensivas y de mal gusto en la red social. Eso ni quien lo dude -carambas, ¿quién lo puede leer o soportar?-, pero de ello a instaurarle un juicio que lo puede tener en prisión varios años hay trecho.

 Los alegatos del Ministerio Público son una lindura, dignos de enmarcarse para abrir procesos a diestra y siniestra contra blogueros, comunicadores y cualquier persona que ose proferir manifestaciones desafortunadas o de mal gusto. Una infancia de sufrimiento es predisposición al crimen.

 La moderna inquisición con psicólogo a la mano para detectar que un individuo tiene arranques de superioridad, elabora planes de venganza y discriminación sistemáticas.

 Y por ello merece la sombra o la hoguera, porque tiene un plan que pudiera en algún momento atentar contra algún grupo vulnerable. Es una amenaza en potencia.

 Aguas con las novelas policiacas, la Crónica de la muerte anunciada de García Márquez es sospechosa de crimen. Buscan a Edgar Allan Poe, Alfred Hitchcock, Agata Christie y Stephen King de planear asesinatos.

 Exageramos, pero el asunto no es menor. Se criminaliza por el pensamiento y su expresión. Y ello es un gravísimo retroceso en la protección de las libertades.

 No habrá blog, página web, editorial, cuento, novela o noticia que se salve. Asistimos a un relanzamiento fino de persecución que no puede pasar desapercibido.

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 Tiene meses que hay una soterrada lucha de ataque a la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Se le redujeron recursos, hubo auditorías extraordinarias, presión pura. No fue suficiente con la sumisión del titular José Luis Armendáriz.

 Palacio de Gobierno quiere tomar posesión material del órgano autónomo y se prepara hacia ese fin.

 En unas semanas sale la convocatoria y luego el protocolo del registro. Después la faramalla de elección en el Congreso, el nombramiento y la limpia en la CEDH. La autopropuesta se llama Blanquita Gámez Gutiérrez.

 Cuestión de tiempo.