Opinion

La patria del huachicol

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Daniel García Monroy

martes, 15 enero 2019 | 00:36

En robo de combustible nomás Nigeria nos ganaba en todo el planeta tierra. Llega don Andrés Manuel y dice hasta aquí, se acabó, no voy a ser cómplice como mis antecesores. Y su decisión actuante lo comprueba. Enhorabuena. Entre 60 y 80 mil millones de pesos anuales en pérdidas directas a los ingresos de Pemex, es decir infame robo de 200 millones de pesos diarios al dinero de todos los mexicanos. Ese saqueo bien vale cualquier acción de gobierno por más problemática que sea. –Pero oh, desgraciado desabasto temporal; porque ni dos horas de espera en una fila queremos los mexas, que nos cueste la solución a un problema nacional brutal y catastrófico; que si vivieran en Cuba o Venezuela, Jesús bendito--.

Confirma  la experiencia histórica mundial: todo combate-lucha-acción-real contra la corrupción gubernamental tiene un costo socio-económico. Hay que aceptarlo y pagarlo todos los que de veras queremos un cambio. Porque los corruptos se protegen y se seguirán defendiendo como gatos boca arriba. Se amparan, se justifican, imploran. Son ellos los delincuentes de cuello blanco, dueños de gasolineras y empresas ladronas, los que están provocando el desabasto actual de combustibles.

Da asco ver como los cobardes corruptos detenidos y enfrentados a la justicia se enferman, lloran, se abrazan abatidos con sus esposas para la foto en los juzgados y en las cárceles; auto-victimizándose como ¡perseguidos políticos! (Si idea tuvieran de lo que fue en torturas carcelarias la guerra sucia del régimen priísta contra los guerrilleros de los 70). Por supuesto, todos actuando asesorados por sus costosos abogados. Sueñan con seguir engañado a los que nos saquearon.

Cuando felices y contentos se gastaban el dinero público, jamás se acordaron de los pendejos chihuahuenses pagadores de impuestos. Ver para creer. Pobres, ahora buscan nuestra piedad. Reclaman estúpidos: es el gobernador, los fiscales y jueces los que quieren atacar nuestra inocencia, acabar con nuestra bendita impunidad. Las declaraciones de los que aún respiran y cobran sueldos presupuestales en el relleno sanitario que es el PRI de Chihuahua, es de una desvergüenza insuperable.

--¡No soy malo, no soy malo! Fui  parte del sistema corrupto y corruptor, frente al cual no pude hacer nada, más que flotar, dejarme llevar por la corriente. Se los juro yo fui el que menos robo.  Perdónenme, sean compadecidos. A poco ustedes cabrones, cualquiera, no se habrían doblegado y sometido ante el majestuoso vulgar ladrón; el patrón, el omnipotente jefe de la carcajada contagiosa y admirable. El gobernadonte que nos mostraba el camino del peculado y la violación a la ley, como cosa normal y apetecible, a todos nosotros, sus pobres funcionarios, sus sirvientes agradecidos, inclinados de rodillas, pero sonrientes a sus magnánimas órdenes. Díganme quién frente a un portafolio con siquiera un millón de pesos en efectivo se pone rejego. Quién se niega a una mansión, carros último modelo, bellas vacaciones familiares en Europa. ¿Quién? Los que estén libres de culpa que tiren las primeras piedras. (Hasta la biblia han de mal leer ahora los convictos políticos del duartismo en sus celdas).--

Los datos disponibles demuestran el descomunal grupo de huachicoleros de traje y corbata que operaban el sistema. Si cerrando los ductos del atraco cien gasolineras en la Ciudad de México dejaron de tener combustible, la deducción es sencilla. Una de cada cuatro estaciones estaba metida en el negocio. Por lo menos el 25 por ciento del sistema en los estados donde la distribución de gasolina ha colapsado se dedicaba a la venta de combustible robado a PEMEX.  Ni más ni menos. Después el desabasto y las compras de pánico provocaron la crisis total que sufren ahora seis estados del país.

Dice un oculto-anónimo-huachicolero-poblano en una entrevista televisiva, que ya se puso difícil el robo, con vigilancia en ductos y sistemas de ubicación y cierre de “pinchazos” en la red, lo que impide la ordeña de gasolina. ¿Y ahora? le pregunta el reportero. Fiel a su arriesgado trabajo contesta el delincuente: ahora a buscar los ductos de gas, es mucho más arriesgado por su explosividad, pero que se le va ser, hay que seguir “trabajando”.    

Le pregunta alarmada una reportera a AMLO, --en su tradicional rueda de prensa mañanera--, que empresarios y ciudadanos de Guanajuato ya están preocupados por lo que va pasar con todo los empleados ladrones del huachicol S.A. de C.V. ¿Hacia qué delitos se van a mover toda esa horda de criminales a los que se les va acabar su tradicional y bien estructurado sistema de robo de combustible? Y la inquietud tiene visos de un razonamiento extraño pero real.

Para el ciudadano término medio existe una población delictiva que nunca va dejar de ser delincuente. Y las estadísticas demuestran que es en promedio un 10 por ciento de la población nacional. Entre 10 y 13 millones de mexicanos que en todo el país viven, conviven, malviven de actividades ilícitas. Pues sí, de ese tamaño es el monstruo terrorífico que mantiene amenazada y atemorizada a la otra parte de la sociedad mexicana.  

Repite y reitera una y otra vez el Presidente López Obrador, que la justificación para pasarse al lado de la delincuencia en los de bajo era bastante sencilla. En su cerebro maleducado el ratero razona: si los de arriba (políticos y empresarios) roban a manos llenas ¿yo por qué no? A ver que vengan y me convenzan de que robar es malo, si ninguno de ellos va a la cárcel y viven a toda madre. Pues yo también quiero ser parte de tan felices y dichosos criminales. El trapo sucio e inservible del estado de derecho nacional nos debe cubrir a todos como bendito manto de impunidad. Y remarca el nuevo Ejecutivo federal con su clásico acento tabasqueño ¡Pues no! ¡Ya no! ¡Se acabó! Y en el caso del robo a Pemex hay que reconocerle su valiente y acertada decisión.  

Pareciera que algo-poco-mucho comienza  a cambiar en México. Bienvenida sea esa cuarta transformación. Aunque en Chihuahua, Morena y sus nuevos funcionarios públicos no se hayan dado cuenta de la línea que está marcando su  caudillo. Aquí se está recogiendo cascajo del PRI para volver a darles puestos, sueldos y presupuestos para que los administren con las mismas manos que saquearon y corrompieron al estado. Ex duartistas como coordinadores de asesores, acusados de delitos como delegados. Desastrosamente increíble. La Morena chihuahuense se está ayuntando con violadores como inocente señorita virgen. Alguien deberá aquí pagar las consecuencias.