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Opinion
Álter Ego

Amo los fideicomisos

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Rafael Soto Baylón

miércoles, 08 noviembre 2023 | 05:00

Cuando se fundó -la hoy- Universidad Autónoma de Chihuahua  en 1954, los académicos no estaban afiliados a Pensiones Civiles del Estado porque ésta no nació sino hasta 1957. En 1958 dieron de alta a los muy pocos tiempos completos de la UACH. El personal hora clase fue incorporado después de la fundación del Sindicato del Personal Académico de la UACH en 1977. 

Al momento de la jubilación el personal se sometía a la Ley de Pensiones Civiles y sus pagos se congelaban según el último salario. Los jubilados lograron una pensión dinámica –incrementos análogos a los de los burócratas en activo- allá por los años 80. De los correspondientes a la Universidad, PCE sufragaba la prestación con base en el tabulador sin las primas de antigüedad y despensa. Así, se retiraba con una disminución del 40% del sueldo. Concluir nuestra labor profesional tenía era desgastante para la cartera.

Con la maestra Olga González, secretaria general del SPAUACH, Universidad y Sindicato pactaron la creación del “Fondo Complementario para los Pensionados y Jubilados del Sindicato de los Trabajadores Académicos al Servicio de la Universidad” en 1993. La UACH aportó una importante cantidad de dinero y quincenalmente los sindicados el 1.15% del total de lo percibido y la universidad otro tanto. Y el ingreso se igualó al de los compañeros en activo. 

Con el Ing. Heriberto Altés como secretario general, nos dimos a la tarea de encontrar mecanismos para consolidar el Fideicomiso. El problema era complejo: el número de jubilados aumentaba semestralmente; las plazas no se cubrían de inmediato y la esperanza de vida aumentaba. Con el riesgo del costo político en 2003 pasamos del 1.15% al 1.55% de los maestros y una aportación igual al total por parte de la Universidad. Lo que era un tema intocable fue discutido en Asambleas Generales. Ya con estudios actuariales en mano logramos la aprobación de los compañeros ir del 1.15%, 1.55%, 3.7% al 4.6% paulatinamente. 

Con la secretaria general c.p. Margarita Alvídres cada año subimos el porcentaje a partir de 2006. Administramos también el “Fideicomiso Carlos del Rosal Paulín” para cubrir el seguro de vida. Contratamos una compañía que se hiciera cargo de los siniestros. El SPAUACH paga cantidades anuales y los remanentes se trasfieren al Fideicomiso de Jubilaciones. Llegamos al 9% y el porcentaje siguió incrementándose hasta llegar actualmente al 11%. Además se agregaron candados. Los jubilados aportan al fondo la misma cantidad que un académico en activo. Se considera únicamente el catálogo de puestos académicos. Se tiene derecho a disfrutar del fideicomiso después de cumplir 35 años de servicio sin distinción de sexo. Haber aportado al menos 20 años y un mínimo de sesenta de edad. Con todas estas políticas goza de cabal salud. Corresponde a sindicato-universidad blindarlo. 

Colofón. Me siento satisfecho por mi labor en el SPAUACH. Voté, como representante en el Consejo General de Representantes, por la creación del seguro de vida con el c.p. Oscar Ostos y la creación del Fideicomiso para jubilados y pensionados con la maestra Olga González. Ya en el Comité Ejecutivo con el c.p. Manuel Paredes logramos incrementos salariales importantes en tiempos de crisis económica. Con el ing. Heriberto Altés y la c.p. Margarita Alvídres fui pieza importante y protagonista –disculpen la modestia- para consolidar ambos fideicomisos. 

Les pido no le vayan a decir al presidente de la existencia de ambos fondos porque expropia los nuestros y los de todas las universidades públicas del país. 

Sabemos el beneficio y precio de crear y sostener fideicomisos. Reciban nuestra solidaridad los trabajadores del Poder Judicial Federal con la seguridad de que finalmente se impondrán la justicia y la legalidad. 

Mi álter ego felicita calurosamente a Checo Pérez por su ejemplo de compañerismo, camaradería, franqueza, honestidad, honor, honradez al felicitar efusivamente a su competidor en las pistas y no en la vida Fernando Alonso. Ojalá ciertos políticos aprendieran un 10% de él. No tanto, un 1%. 

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