Opinion

Cuidado con el estrés en los jóvenes

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Javier Realyvázquez

domingo, 17 septiembre 2023 | 05:00

"No es el estrés lo que nos mata, sino cómo reaccionamos ante él." – Hans Selye

En recientes días se han presentado casos de estrés en estudiantes universitarios que preocupan tanto al personal docente como al personal administrativo por lo grave de los casos y síntomas que presentan los estudiantes en las diversas instituciones, principalmente las de nivel superior.

Los casos más graves tienen que ver con que los jóvenes se autolesionan, pero hay otros síntomas o manifestaciones físicas en ellos tales como: cansancio y fatiga, dolores de cabeza o jaquecas, dolor de estómago y/o colon irritable, aumento o disminución del apetito, bruxismo (tensión de mandíbulas), dolor de espalda, taquicardia o palpitaciones fuertes, somnolencia, mayor necesidad de dormir, dificultades para dormir (insomnio o pesadillas) o como está pasando ahora: resfríos frecuentes (baja en el sistema inmune).

Hay otro tipo de manifestaciones psicológicas y emocionales sobre las cuales debemos todos poner más atención ya que estas reacciones pueden salirse de control, algunas de ellas son: inquietud e hiperactividad, irritabilidad frecuente, tristeza y/o desgano, ansiedad constante, angustia y/o ganas de llorar frecuente -este por cierto es uno de los que más se ha presentado-; dificultades para concentrarse, dificultades para pensar (quedarse en blanco), problemas por pérdida de memoria, olvidos frecuentes, temor a no poder cumplir con las obligaciones y la baja motivación para actividades académicas.

Hay también manifestaciones conductuales las cuales consisten en los cambios que experimentamos en la conducta producto de la vivencia de situaciones de estrés y que son fácilmente observados por otros como lo son: dificultad para sentarse a estudiar (“sacar la vuelta”), frecuente tendencia a discutir con los demás, necesidad de estar solo, aislarse, uso de fármacos para estar despierto (automedicados), preferir otras actividades por sobre el estudio, aumento del consumo de café y/o tabaco, dejar de asistir a clases, tendencia a dejar de hacer, por desgano o apatía, lo que se acostumbra normalmente y, uno de los más graves, el uso de fármacos para dormir (automedicados).

Menciono estos síntomas porque todos debemos estar atentos a las conductas de nuestros hijos.

Hay algunos casos registrados en los que los jóvenes se auto infligen lesiones en el cuerpo, o bien en el que salen corriendo sin control de las instalaciones lo cual puede derivar en riesgos mayores a la integridad física.

El estrés en los estudiantes de educación superior es una problemática que es necesario estudiar más y de manera profunda, ya que está repercutiendo cada vez más a nivel físico, emocional y psicológico.

 Zárate Depraect, Soto Decuir, Castro Castro y Quintero Salazar (2017) mencionan que el estrés académico es un estado que se produce cuando el estudiante percibe negativamente (distrés) las demandas de su entorno, cuando le resultan angustiantes aquellas situaciones a las que se enfrenta durante su proceso formativo y pierde el control para afrontarlas y en algunas ocasiones se manifiestan síntomas físicos como ansiedad, cansancio, insomnio y expresiones académicas como bajo rendimiento escolar, desinterés profesional, ausentismo e incluso deserción.

Muchas pueden ser las causas del estrés y aunque los médicos no están seguros de la razón por la que algunas personas presentan el trastornos graves, sí coinciden en que puede ser una combinación compleja de: experiencias estresantes, riesgos de problemas mentales hereditarios, tales como un riesgo elevado de sufrir ansiedad y depresión o bien las características hereditarias de la personalidad —a menudo denominada temperamento o la forma en la que el cerebro regula las sustancias químicas y las hormonas que el organismo libera en respuesta al estrés.

Qué podemos hacer para ayudar a muchos jóvenes que tienen falta de capacidad para afrontar situaciones difíciles, a quienes están teniendo dificultad para gestionar las emociones.

Algunas recomendaciones son ayudarlos a planificar actividades y a priorizar entre ellas, ayudarlos a decidir entre diversas técnicas de estudio, recomendar que se alimenten saludablemente en horarios estables, que practiquen un deporte o actividades recreativas, que dedicar tiempo a pasatiempos y hobbies y mantengan ciclos de sueño estables y sobre todo que generar canales de comunicación con ellos para que busquen ayuda; enseñarles a practicar relajación y respiración profunda a mantener el sentido del humor y esforzarse en mantener la calma y tranquilidad también son aspectos que podemos recomendarle a los estudiantes.

John F. Kennedy  afirmaba que «la salud física no es sólo una de las más importantes claves para un cuerpo saludable, sino el fundamento de la actividad intelectual creativa y dinámica».

Debemos entender que el estrés es parte de la vida, no quiere decir que sea fácil, pero es algo a lo que todos nos enfrentamos en algún momento, puede ser abrumador y, cuando lidiamos con él, quizá nos parece difícil ver la luz al final del túnel por eso debemos estar atentos.

Como maestros y sobre todo como padres de familia hay que estar muy atentos con los jóvenes para detectar posibles síntomas de estrés graves y así prevenir situaciones que puedan derivar en lamentaciones por no haber actuado a tiempo, aún y cuando los síntomas en la mayoría de los casos están a la vista de todos.