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GPS Dominical
domingo, 19 marzo 2023 | 05:00Si así como maneja el médico cirujano Manuel Enrique Guzmán García las imágenes en que expone a sus pacientes en las redes sociales, para publicitar sus servicios, con muy poco tacto y en el límite de consideraciones éticas y respeto a la dignidad, luego entonces ahí está la explicación acerca de un comportamiento en el que de manera imprudente, irreflexiva, brincó la cerca de la tolerancia y el manejo adecuado de una situación que terminó con jaloneos y una enfermera de la tercera edad echada a la calle y tirada en la banqueta.
Están ahí comprometidos los códigos de ética tanto del Consejo como de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica y Reconstructiva –donde no aparece entre sus integrantes contrario a lo que afirma en su sitio web-, el reglamento de la Ley General de Salud en materia de publicidad, la Norma Oficial Mexicana en materia de expediente electrónico NOM-024-SSA3-2010 y la respectiva en Cirugía Mayor Ambulatoria NOM-026-SSA3-2012, una cantidad enorme de reglas involucradas en el incidente que trató de minimizarse y justificarse.
Los hechos quedaron grabados por el esposo de la paciente, quien estaba en la misma habitación donde ella era atendida, tras un sangrado posterior a la intervención quirúrgica practicada. Sin esa decisión de documentar el incidente, no estaríamos desde hace una semana discutiendo el tema por sus implicaciones, no sólo en el caso particular del médico Guzmán, sino en general por ser asunto sensible la praxis médica y el abuso observado.
Están ahí en ese video con puntualidad, el arribo del doctor, su forcejeo con la enfermera, los empujones, y finalmente, la humanidad de ella en la calle, derribada y no accidentalmente. Imposible negar esos hechos sobre los cuales ya hay querella.
Bien a bien aún no hay mucha claridad acerca de los detalles precisos en que ocurre la intervención quirúrgica estética, porque los involucrados han evitado divulgarlos. Ahí debe estar el expediente que es obligado llevar y que deberá esclarecer puntualmente la cuestión.
Sabemos que el sábado pasado la paciente regresó a la Unidad de Cirugía Ambulatoria propiedad del Dr. Guzmán después de mediodía tras haber sido dada de alta. Habrían transcurrido dos o tres horas hasta que el doctor regresó a atenderla, pese a los llamados realizados por la familia.
No habrían sido entonces ni veinte ni veinticinco minutos los que tardó Guzmán en regresar para darle atención prioritaria al paciente, sino mucho más tiempo, lo que explica entonces el ánimo desesperado -estresado dice el doctor- por parte de la familia, que veía a la paciente con vendas ya en tonalidad de color rojo por la pérdida de sangre. Imaginemos la angustia sufrida en contraste con la frialdad del médico tratante.
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Es público en la página web del Consejo de Cirujanos Plásticos y Reconstructivos, el código de ética que todos los asociados certificados o recertificados, deben cumplir al pie de la letra.
De acuerdo con dicho código (artículo 15) “el respeto a la vida y a la integridad física y mental de la persona humana…constituyen en todas las circunstancias el deber primordial del médico…”.
Artículo 20, “la información, la confidencialidad y el resguardo del expediente médico nos confieren a los médicos una obligación en su cumplimiento, la cual se debe seguir de acuerdo a la norma oficial… del expediente clínico”.
“El secreto profesional médico es una responsabilidad de nuestra profesión (Artículo 22)”; “la conducta del Cirujano Plástico debe ajustarse siempre… a las normas morales de justicia, probidad y dignidad (Artículo 21)”.
“Todo acto publicitario deberá acatar las disposiciones emanadas de las Leyes Mexicanas artículo 23)” y “el material fotográfico del expediente clínico solo se podrá utilizar con fines académicos, presentaciones o publicaciones científicas con el debido consentimiento informado por escrito del paciente o su representante legal (artículo 24)”.
Contrario a ello, el médico habría descuidado a la paciente, motivo por el cual su colega especialista la enfermera Magdalena le llamó la atención, lo cual derivó en el incidente conocido.
Más aún, encontramos en el muro de Facebook del Dr. Guzmán imágenes que son parte del expediente clínico de sus pacientes, expuestos al público en general, como difusión de lo exitoso de sus intervenciones quirúrgicas, como publicidad.
Tenemos las imágenes en nuestras ediciones impresa y digital al respecto, de los cuerpos desnudos, con las cirugías practicadas. En uno de ellos la mano del cirujano sobre el cuerpo.
No son publicaciones de naturaleza académicas o científicas son simple publicidad para ofertar su extraordinaria capacidad para haber realizado en menos de quince años más de 6 mil 500 intervenciones quirúrgicas, o 2, 500 como dijo en el video que grabó para ofrecer disculpas entre dientes.
Las imágenes son publicadas de manera continua hasta el mes de abril del 2022, poco antes de obtener la certificación por parte del Consejo, a cuyas reglas está obligado.
A partir de ahí publicita sus servicios con imágenes de modelos, en la línea de la legalidad de acuerdo al reglamento de la Ley General de Salud, porque podría resultar engañosa, al prometer implícitamente resultados inalcanzables. A un lado los estándares éticos.
Dice la publicidad manejada por el médico “Luce como Siempre has Querido en Manos del Dr. Enrique Guzmán. Con más de 6,500 cirugías exitosamente realizadas, el Dr. Enrique Guzmán es uno de los cirujanos plásticos más importantes de todo el norte de México gracias a sus increíbles resultados y procedimientos con equipo de vanguardia. ¿Qué procedimiento te gustaría realizarte? ¡Cuéntanos en los comentarios!”.
Uno de los sectores a los que está dirigida la publicidad es a las mujeres que acaban de dar a luz, “Mommy Makeover. El Procedimiento que Todas las Mamás Aman”.
“El Mommy Makeover es un procedimiento que permite tratar de forma conjunta aquellas zonas más afectadas durante el embarazo. Este conjunto de tratamientos incluyen la abdominoplastia…la cirugía de pecho… y, la liposucción… ¿Qué te parece el Mommy Makeover? Cuéntanos en los comentarios”, publica.
Tendría que estar en estos momentos reuniendo evidencia el Consejo para iniciar un procedimiento de revisión a la certificación.
Si así como maneja las fotos de su trabajo quirúrgico, no sabemos si con autorización de sus pacientes o no, por supuesto que no debe extrañarnos verlo jaloneando del brazo a la enfermera, empujándola y dejándola tendida sobre el suelo, en plena calle Fernando de Borja donde se encuentra su negocio.
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Si de un funcionario público cercano al PAN se tratará, como responsable de la conducta agresiva que vimos, estaríamos frente a un escándalo. Pero aquí nada.
Leímos hace unos días el comunicado amenazante enviado con motivo del 8M, “las marchas, protestas y demandas se quedan cortas ante el tamaño de la injustica e impunidad que existe; las desapariciones, trata, violaciones y feminicidio son un flagelo para las mujeres chihuahuenses desde hace décadas”.
Pero de este asunto que involucra a una mujer de la tercera edad, profesionista exitosa por cierto, con una larga carrera, cero.
No les movió al movimiento feminista ni un solo hilo de sentimiento para salir en defensa de ella. No hablamos de conjeturas ni especulación, sino de un hecho público, documentado en video y por si fuera poco aceptado por el responsable.
No vimos cristales rotos ni ventanas incendiadas ante un acto a todas luces brutal de ausencia de humanidad en el trato a la paciente, a su esposo y a la infortunada enfermera.
Fue mucha la cautela, el silencio, que prolija impunidad en este caso y en muchos otros.