Opinion

En Chihuahua y Juárez, el relleno sanitario es indispensable

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Arturo García Portillo

viernes, 09 junio 2023 | 05:00

Uno de los grandes problemas del mundo, efecto de la era industrial y uso intensivo de derivados de petróleo, es saber procesar la basura luego de que el ser humano utiliza y rápidamente desecha los bienes materiales a su alcance

Para ponerlo en perspectiva, la capital del estado genera aproximadamente 35 mil toneladas mensuales de residuos de todo tipo. Juárez, más grande, en torno de 45. 

El resto del estado una cifra intermedia entre las anteriores. El asunto es a dónde va a parar todo eso, que sin procesar es altamente contaminante, sobre todo por la parte orgánica, que deriva en su mayoría de alimentos y desechos animales.  Pues en todo el país, de los 2 mil 500 municipios aproximadamente que hay, solo unos 400 tienen espacios dedicados y preparados para recibir lo que llamaríamos residuos sólidos urbanos, y apenas un puñado la procesan.

Chihuahua capital es del segundo grupo, y eso significa que cumple con la Norma Oficial Mexicana, que indica cómo debe disponerse la basura de las ciudades. 

Lo hizo gracias a que hace cuarenta años se adquirió un terreno que entonces estaba lejos de la mancha urbana, y que en tiempos del presidente Felipe Calderón se destinaron recursos para invertir en su modernización. Pero su vida útil está próxima a concluir. Es decir, pronto ya no habrá manera de seguir depositando basura ahí salvo que hubiera una ampliación costosa y de corto plazo. 

Pero ya las casas habitación llegaron a los alrededores del sitio y la gente exige con toda razón que se clausure. Así lo entendieron todos los candidatos a la alcaldía en 2021 y se comprometieron a ello. El caso de Juárez es distinto. 

El actual data de tiempos de recordado alcalde Francisco Villarreal, está suficientemente alejado de la ciudad y todavía cuenta con mucho espacio, pero tiene tecnología ya muy atrasada y está mal administrado. Por ello hace pocas semanas estuvo ardiendo por varios días sin control. Y eso es un gran problema para la ciudad, pero pues no le invierten para mejorarlo. Un pendiente sin resolver para su gobierno municipal. 

En la capital en cambio, el alcalde Marco Bonilla desde la transición misma comenzó los trabajos para construir el nuevo relleno sanitario. Una tarea muy compleja. El núcleo del reto era seleccionar un nuevo lugar. Hay muchas restricciones legales, como que no esté cerca de la mancha urbana. Ambientales, como que no tenga fracturas, ríos, agua. Que no sea permeable, que no esté cerca de aeropuertos. Una larga lista de requisitos que exigieron estudios rigurosos. Una vez identificado el terreno, que lo quisieran vender. Si lo querían vender, que no se atascaran con el precio al saber la necesidad. Que no lo comprara un tercero para especular. Proceso muy complejo.

Después de eso, estudios de geólogos, hidrólogos, ingenieros de suelos, ingenieros civiles, biólogos, para asegurar la idoneidad del sitio y que no se hiciera daño a algún ecosistema valioso, y en general que los posibles efectos de la intervención, siendo lo menos posibles, pudieran ser remediados. Todo esto se encargó aun grupo de científicos de nuestra universidad pública, la UACH. Con el terreno en la mano y los estudios, se pidió permiso a la autoridad de medio ambiente estatal y federal, que luego de revisar acuciosamente lo otorgaron, con condiciones, como se pone a todos los proyectos, y es ejecutar plan de remediación.  

Lo anterior estaba por comenzar cuando una serie de amparos detuvieron el trabajo arduo y detallado de dos años para darle al millón de chihuahuenses un lugar seguro para depositar la basura. La jueza del caso otorgó una suspensión para analizar si realmente habrá afectaciones a personas o medio ambiente o no. 

Ese es el centro del asunto. Y yo como conocedor del proyecto con detalle, sostengo enfáticamente que no representa el mínimo peligro para el medio ambiente ni a una sola persona. El terreno es casi desierto. No hay agua cerca, el manto freático esta más de 120 metros de profundidad, y antes de llegar ahí hay un suelo impermeable que se escogió por esa característica. Que además va a tener una capa de plástico (geomembrana) de 10 centímetros de grueso exigida en rellenos norteamericanos, y será más impermeable que una alberca.

Los quejosos alegan que ahí es zona de recarga del acuífero Villalba. Eso es absolutamente falso, el terreno tiene pendiente de 20 grados que no retiene el agua, no hay filtraciones, dos cauces de arroyos pasan a un lado. No hay ningún motivo que impida realizarlo aquí. 

Confiamos que la jueza así lo dictaminará luego de ver los estudios de destacados científicos de nuestra universidad. Que no va a privar a los habitantes de las colonias cercanas al actual relleno de la clausura del actual que tanto les molesta. Que no va a privar a todos los habitantes de esta obra indispensable para la salud, realizada con la tecnología más moderna disponible. NI olores va a producir. 

La autoridad municipal ha hecho su parte, consiguió el terreno, hizo el proyecto ejecutivo, los permisos, tiene el financiamiento. Sería increíble que se impidiera su construcción, simplemente porque a unos cuantos que no viven ahí les parece feo, y prefieren que se jodan los demás.  Esa es la neta.