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Opinion

Hispanos ya son mayoría en Texas, pero sin poder político

Los hispanos ya rebasaron al número de ‘blancos’ no hispanos en Texas, aunque eso no significa que tengan poder o representación política

Gerardo Rodríguez Jiménez Periodista/Académico

domingo, 16 julio 2023 | 10:54

Los hispanos ya rebasaron al número de ‘blancos’ no hispanos en Texas, aunque eso no significa que tengan poder o representación política.

De acuerdo al último conteo extraoficial en Texas, realizado por la oficina de censo de los Estados Unidos (EU), los hispanos constituyen el 40.2 por ciento de la población, mientras que los ‘blancos’ conforman el 39.4 por ciento, una diferencia pequeña aún, pero que tiende a crecer rápidamente.

Esto, por supuesto, preocupa al establecimiento republicano de Texas, el partido del elefante.                                                                                 

Los demócratas no han ganado una elección estatal dese 1994, y en elecciones presidenciales, los republicanos dominan las elecciones texanas desde 1976.

Aun en ciudades fronterizas como El Paso, Texas -de mayoría hispana superior al 80 porciento de la población- una minoría “blanca” domina la política de la ciudad. Desde hace siglo y medio ha habido 52 alcaldes paseños, y solo cuatro tienen apellido hispano. Ante esta realidad, muchos políticos ‘blancos’ del país de las barras y las estrellas utilizan sobrenombres o apellidos maternos hispanos con el motivo de ganar elecciones. Como las estadísticas lo avalan, el dominio político de una minoría no hispana en El Paso es histórico, aunque los gobernantes intenten aparentar una representación justa de la mayoría.

A pesar de ser más, la identidad política de los hispanos en EU está muy dividida. Hay mexicanos de primera generación que sienten más arraigo por su país originario. Los hay también de segunda generación, pero que se identifican más como Méxicoamericanos, ya que son ciudadanos, algunos por nacimiento, y otros por naturalización. Muchos son residentes legales, o indocumentados, y no votan.

Debido a la presión cultural y económica para hablar en inglés, los norteamericanos con raíces hispanas se preocupan por comunicarse y asimilarse a los EU en dos complejos idiomas desde temprana edad. Ellos saben que sus padres y sus ancestros son de México, o de Latinoamérica, pero valoran más el inglés, considerando al lenguaje español como lo antiguo, mientras que el inglés y la globalización es lo moderno. Sin generalizar, serios estudios multiculturales prueban científicamente esta tendencia, a pesar de que el español es valorado por los hispanos de primera generación.                                                                                

También otros factores, como el arraigo nacional originario, la clase económica, y social, cuentan. Algunos hispanos blancos se identifican más con los norteamericanos porque se consideran de descendencia menos mestiza, y se identifican con lo que ellos consideran la cultura más ‘ganadora’ o conveniente.                                                                                 

En otros casos, a pesar de discurso xenofóbico de los republicanos en los últimos años, muchos hispanos comerciantes, o emprendedores, coinciden con los valores republicanos y votan por este, debido a sus políticas económicas de los años 80, que priorizaban el libre mercado, y menos regulación del gobierno.                                                                                

Aun así, aunque Texas es un estado de orgullosa y marcada identidad vaquera, (más en el norte) en el sur existe un cinto territorial -desde California hasta el del Golfo de México- que atraviesa cuatro estados antes pertenecientes a México: California, Arizona, Nuevo México y Texas. En ellos se encuentran ciudades como Los Ángeles, San Diego, Tucson, Alburquerque, Santa Fe, El Paso, y Houston, que en las últimas elecciones siempre se pintan de azul, por su mayoría demócrata.                                                                                

Otro problema en Texas es la manipulación del voto a través de batallas legales de los republicanos para conservar el poder y minimizar el impacto político de los condados de mayoría hispana (gerrymandering) y ayudar así al voto republicano en distritos tradicionalmente demócratas, por ello a veces los condados estatales se ven divididos de manera irregular en los mapas. Esta es una manera de utilizar las leyes para ganar ventajas injustas, algo que se ha dado desde que Texas y otros estados sureños de EU fueron conformados. 

Otro dato curioso para los mexicanos no familiarizados con los EU es que, en El Paso, (así como en la mayoría de los estados) existen dos gobiernos que compiten, el del condado y el de la ciudad. En el condado, que representa más al este de la región fronteriza, y que está lleno de hispanos y mexicanos, últimamente han ganado más los candidatos hispanos, no sin presiones políticas de sus competidores anglosajones. Varios representantes hispanos de primera generación en ambos sistemas de gobierno han tenido que pagar el precio de atreverse a retar a los grupos dominantes establecidos. Y es que, en las últimas décadas, casi todos los políticos de El Paso se declaran demócratas para apelar a la mayoría, aunque en realidad prefieran los valores republicanos, y por conveniencia les guste rozarse con los empresarios, élites y sectores adinerados de la frontera, sin representar realmente a la mayoría -a excepción probablemente de dos o tres políticos destacados que se han ganado la confianza de los hispanos.

Así, entonces, la ciudad de El Paso, sigue siendo dominada por una minoría identificada más con la cultura anglosajona de gobierno, ya sea por razones étnicas o de asimilación.

Sin embargo, hay que decirlo, El Paso, como se experimentó en la recién crisis migratoria en la frontera, fue de las ciudades santuario que más apoyaron a los migrantes para tener un trato humanitario, inclusive llamando la atención del presidente de EU; sobre todo durante la pasada Navidad. Pero no gracias al gobernador de Texas, quien se ha declarado radicalmente contra la migración ilegal.

El gobernador texano ha sido muy criticado por el mexicano por su retórica antiinmigrante, y por instalar flotadores y mallas con púas para dificultar el paso de indocumentados por el Río Bravo hacia el norte.

Sí, los hispanos ya son mayoría, no tenemos que esperar hasta el 2050, pero eso no significa mayor representación política. De acuerdo al censo, los hispanos siguen siendo el grupo étnico más pobre.

Los texanos, como la historia lo indica, no se dejarán de los hispanos tan fácilmente. Pueden parecer muy buenos, educados, tradicionales, pero en el fondo no soltarán fácilmente su dominio. Finalmente, la visión política de una democracia depende de la capacidad crítica y de la identidad individual de sus participantes

Lo que es un hecho es que cada vez con más frecuencia, aparecen en Texas, y generalmente en EU ‘soldados’ radicales confundidos, sin identidad propia, y hasta con problemas mentales, influenciados por las campañas supremacista. Ya son varios los casos que se han dado de algunos agresores multihomicidas con descendencia hispana, Mexicoamericana o afroamericana, armados hasta los dientes y muy confundidos.

Jery79912@yahoo.com                                                                                                                                                                                

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