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GPS Dominical
domingo, 05 marzo 2023 | 05:00Como alcaldesa, Maru Campos transitó primero dos y luego –con la reelección- tres años más, en los que manejó con bastante facilidad la ciudad de Chihuahua, en su aspecto administrativo y político, con resultados electorales aplastantes para su partido.
Jamás imaginó la pesadilla que pasaría para lograr la candidatura a la gubernatura enfrentada al gobernador de su propio partido y luego para ganar la elección constitucional, también encontrada a Javier Corral, aliado por sobrevivencia con Juan Carlos Loera y con Alfredo “El Caballo” Lozoya.
La otra Maru, una vez con la experiencia vivida como candidata y con un año y meses a la cabeza del estado, es evidente algún sobresalto en la nueva responsabilidad, pero asentada y consciente.
Por ejemplo, hay convencimiento de que no debe buscar la Presidencia de la República a pesar de lo atractivo que pudiera resultar al menos desde la especulación, cuando de suyo es una natural aspirante, con bono político indudable –ayer lo demostró con creces-, pero sin ir más allá en la inversión de tiempo y esfuerzo, para evitar distracciones inútiles.
Algunos de sus colaboradores, en esta capital, Juárez y otros municipios, no creían ni aun viéndolo con sus propios ojos los enroques que hizo la mandataria, sin dudarlo ni un momento, con gente tan cercana como su fiscal general o el secretario de Gobierno, que bien pudiéramos pensar eran inamovibles.
No dudó ni un momento al romper con la zona de confort, en busca de mejor resultado en el desempeño, en análisis crítico del contexto adverso.
A nivel de manotazo llegó ese movedero de piezas de ajedrez, con riesgo meticulosamente calculado, para enfrentar el delicado tema de la seguridad en los centros penitenciarios, desde donde sale mucha de la violencia y extorsión. Lo limpió de cabo a rabo.
Fue el intento de motín y fuga en el Cereso 3 parteaguas doloroso que precipitó las decisiones que durante meses estaban lentamente fraguándose en el indudable estudio cotidiano de resultados, en el despacho principal de Palacio.
Son evidencia estos cambios de que hay en la gobernadora preocupación entre otras muchas cosas por la inseguridad que continúa; las finanzas con manejo pulcro, con orden, para que siempre haya dinero, “sí o sí”, por ejemplo, para sentar bases de una solución que atienda causas en la sierra donde la población fue abandonada con su condición de pobreza alimentaria.
En lo político, indudable tema en el pandero, la fuerza de su partido en Juárez que no ha crecido, incluso donde el ranking personal de ella es muy diferente al que existe en el resto del estado, donde está en primerísimos lugares. Trato deferente a Cruz Pérez Cuéllar, a Marco Bonilla y a Jesús Valenciano en el informe.
Ha sido conciliadora con el presidente de la República a más no poder, sin soslayar el ejercicio indispensable de tomar decisiones firmes, como entrar al mismo patio de los penales para mandar mensaje claro de contundencia en el uso de la fuerza del Estado.
Sabe muy bien que son tiempos de oportunidad en la creatividad de hacer mucho con muy poco, con base en la regla básica del orden y austeridad indispensable, con la prudencia como fiel consejera para no apartar lo pies de la tierra.
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En julio-agosto del 2021 antes de tomar protesta, sostuvo reunión Maru con el sector productivo del estado, con quienes comió acompañada de José “Pepe” Granillo, actual secretario de Hacienda y Ernesto Cordero, consejero financiero del estado y exsecretario de Hacienda Federal, entre otros asesores.
El encuentro tuvo como objetivo explicar el contexto de las finanzas y -literal- salieron asustados. El primer comentario fue que ignoraban, nunca observaron la situación grave existente.
Los números no mentían, hubo una simulación que engañó a muchos, sin contrapesos reales y distracción de persecuciones, cuando lo sustancial era que no había medicamentos, inversión real en seguridad, hospitales inconclusos y tiradero de obras.
Hubo una borrachera política de cinco años, en la cual la dedicación principal fue gastar dinero -que no era de los funcionarios responsables- sin dar resultados.
Había que poner en orden las cosas. La gobernadora ya sabía a lo que venía, pero terminó siendo más difícil, superando cualquier diagnóstico previo.
Había una especie de atadura financiera, que amarró manos los primeros meses, con ajustes indispensables. No había de otra.
Sólo habían observado la punta del iceberg.
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A 18 meses de asumir la gubernatura, en los trabajos para preparar el primer informe constitucional entregado a la legislatura hace unos días –y que ayer presentó ante cientos de invitados y la artillería pesada del PAN-, con una sonrisa descubrió la mandataria que sí hubo recursos, sólo con poner en orden la casa.
No hay obra faraónica ni de relumbrón, pero atendió el rezago en obra abandonada, como el puente eterno en Juárez o seis hospitales, entre ellos el de ginecobstetricia en Parral: hay inversiones estratégicas por 41 millones en Meoqui; 35 millones en Camargo; 19 millones en Delicias; 8 millones en Casas Grandes; 9 millones en Ojinaga.
Fueron atendidos 1300 kilómetros de caminos rurales; fueron beneficiadas 2 millones de personas con obras de agua potable.
En el mayor reto, que es la seguridad pública, hubo basificación de agentes estatales que estaban sin seguridad laboral; fueron equipados y recibieron becas y apoyos como créditos hipotecarios con ayuda para enganche a fondo perdido.
Y todavía le alcanzó para reducir en 4 mil 400 millones de pesos el pasivo circulante; bajó la deuda en 5 mil 500 millones de pesos y aumentó los ingresos de libre disposición en un 23 por ciento.
Sí se pudo.
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En el discurso político fue contundente al presentar el informe ante un Centro de Convenciones lleno: no regresará el despilfarro ni la displicencia en el uso de recursos; no habrá impunidad, ni dudará en emplear el uso legítimo de la fuerza en favor del bien mayor, que no es otra cosa que el bien común.
Es zurda la gobernadora, pero todo lo hace con la derecha, aún y cuando ha sostenido que Chihuahua no es de un lado ni del otro, es del norte.
Mucha mano izquierda ayer. Tenía sentado al responsable de la política interior del país, con una sonrisa, Adán Augusto, que le aplaudió su estatura y manejo.
Era el secretario de Gobernación uno de los cuatro o cinco suspirantes presidenciables –él es el único con reales posibilidades, en un lejano tercer lugar-. Mauricio Vila, Mauricio Kuri, Lily Téllez, Miguel Ángel Osorio Chong y Santiago Creel, están verdes en el camino.
Estuvieron presentes los exgobernadores José Reyes Baeza y Patricio Martínez; quién sabe qué pasaría con Fernando Baeza porque forma parte del mismo equipo. Francisco Barrio es igual que su ahijado Corral, si no son para él los aplausos no asiste a nada.
También llegaron los mandatarios de Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Yucatán...Hasta el expresidente Vicente Fox, que no se desprendió del sombrero ni un momento ni por educación al momento de los honores a la bandera. Le valió.
Pesada la artillería política de refuerzo al primer informe, donde la gobernadora está en la plenitud de fuerza, echada para adelante. ¿Quién podría estar convencido de su descarte a la Presidencia? Seguirá actuando en política nacional, indudable, generando contrapesos, lejos de dictaduras e imposiciones, en un entorno de una democracia frágil. Ella así lo definió.
Está consciente de que quien debe ganar es la alianza –PRI, PAN, PRD- y no Morena, sin importar quién sea el candidato que esté enfrente, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard o Adán Augusto.
Es su camino a Ítaca, de la otra Maru, eje discursivo utilizado ayer en extensa y puntual exposición de rendición de cuentas.