Opinion

La urgencia de contrapesos... pero sin carga partidista

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Nicolás Juárez Caraveo

domingo, 24 febrero 2019 | 01:35

A poco más de siete meses del triunfo histórico del ahora presidente de la República Andrés Manuel López Obrador las voces de la necesidad urgente de un contrapeso político a su gestión se incrementan, muchos claro está desde su interés partidista, pero lo que es un hecho es que se requiere un equilibrio que frene la tentación del poder absoluto.

En los últimos días las voces de esa necesidad de contrapesos se ha incrementado, provocados desde la toma de decisiones sin consenso para la designación de titulares de organismos “autónomos”, la presión sobre los poderes Legislativo y Judicial y más recientemente la aprobación de la mal llamada “Guardia Nacional”.

Con el Congreso de la Unión a su disposición, la nueva integración de la Suprema Corte de Justicia y la discrecionalidad con la que se han manejado las designaciones como en el Banco de México, el INE, la CNDH, la CRE, la Cofece, el INAI entre otras, se ve urgente la necesidad de estos contrapesos.

La búsqueda de este equilibrio se ha desarrollado en varias canchas: desde el periodismo catalogado inapropiadamente el cuarto poder; la sociedad civil organizada hoy desparecida y relegada por el nuevo gobierno y, claro no podía faltar, desde las tribunas partidistas que dicho sea de paso, son las menos indicadas por el descrédito con el que cuentan y que llevó al gobierno López Obradorista a ganar rotundamente.

En las trincheras periodísticas nadie se puede quejar, al momento se ha gozado de una libertad de expresión sin barreras, los medios y los periodistas hemos gozado de esa posibilidad de escribir y externar lo que queremos, aún aquellos que han sobrepasado el límite de la libertad llegando al libertinaje.

Sin duda es en los medios de comunicación, nacionales, estatales y locales, donde la critica y el señalamiento al gobierno federal ha estado presente y de manera puntual se registran los errores, afortunadamente hasta el momento, de manera profesional y constructiva, y aunque algunos traten de desacreditarla porque “ya no se paga a la prensa corrupta”, la realidad está ahí en los periódicos, noticiarios radiofónicos y televisivos y desde luego en el internet y las redes sociales.

Hace unos días, el columnista Liébano Sáenz escribió: “Siendo como es, el sistema más eficaz de gobierno, la democracia requiere vías de contención que operen como garantes de un Estado con plena separación de poderes y respeto a las libertades y a los derechos de los ciudadanos”.

La realización de las ruedas de prensa “mañaneras” del presidente no han podido acallar las voces que se levantan todos los días en los medios de comunicación, y si se hace un balance seguramente nos encontraremos con que las columnas y notas periodísticas que refieren yerros del gobierno son por mucho más de las positivas, un trabajo pendiente que debe realizar las áreas de Comunicación Social y Políticas Públicas.

Al momento al parecer la política de Comunicación Social presidencial se ha centrado en dejarlos hacer, pero la percepción social que lo llevó a un triunfo contundente puede voltearse de manera abrupta sino se atiende este aspecto como un instrumento de gobernabilidad.

Otro frente de contrapeso, tal vez el de mayor importancia y relevancia es el que se abre con la sociedad civil organizada, luego de las decisiones del gobierno federal de retirar los recursos, que con el supuesto de evitar el desvió de recursos, se entregarán de manera directa a los beneficiarios.

Cómo ya se escribió en este espacio, no se puede negar que muchas Organizaciones de la Sociedad Civil han aprovechado el manejo de esos recursos y muchos otros entregados de manera desinteresada para sus intereses personales y en su mayoría políticos, pero la mayoría realizan esa labor social que el gobierno no puede.

Es en la sociedad civil organizada donde éste, y todos los gobiernos del mundo tienen su mayor contrapeso, porque es la forma en cómo los ciudadanos nos organizamos, buscamos el interés común y sobre todo cómo nos podemos defender.

Manuel Clouthier Carrillo refiere en una entrevista que: "Si los jóvenes se hacen a un lado y dejan lo que está sucediendo, una situación sin contrapesos institucionales ni sociales, los riesgos de que se pierda el señor presidente en el poder, de que pierda piso, son muy altos (...) En la medida que no haya contrapesos, las probabilidades de que (el presidente) se corrompa son altísimas", en un claro mensaje a organizarse.

En estos momentos la sociedad civil organizada se encuentra despierta, y no tarda mucho en reflejar en acciones su descontento por los excesos del poder.

Por último y no menos importante es la intención de carga política frente al poder presidencial, el gobernador Javier Corral anunció la creación de un frente conformado por intelectuales, artistas, empresarios  y políticos para generar contrapesos al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Junto con el gobernador de Chihuahua Javier Corral participan el mandatario de Jalisco Enrique Alfaro, los empresarios Gustavo de Hoyos y José Luis “Chacho” Barraza; escritores como Juan Villoro, Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda, y políticos como Salomón Chertorivski, Martha Tagle, Cecilia Soto, Agustín Basave, Luis Colosio Riojas y Emilio Álvarez Icaza.

Seguramente al leer quienes integran este “nuevo” frente usted como un servidor ve clara sus intenciones, fortalecer este grupo a través de golpeteos políticos al régimen federal para posicionarse rumbo al 2024.

Este es el problema de los contrapesos políticos partidistas; es clara su intención, denostar el poder para poder ellos, una lucha por la supremacía política sin importar el bien común.

Porque hablando de contrapesos el mismo gobernador Javier Corral ha demostrado que no está dispuesto a tolerarlos, menos a compartir el poder.