Ciudad de México.- Reprimir emociones como el enojo, la tristeza o el miedo puede tener repercusiones en tu salud; si tu malestar no se expresa, podría buscar una salida a través de padecimientos físicos. Especialistas ofrecen algunas claves de prevención.
LA SALUD Y LAS EMOCIONES
La importancia de expresar el malestar
APRENDER A ESCUCHARTE
¿Has escuchado aquello de que el cuerpo habla lo que calla la boca? Pues no hay nada más apegado a la realidad. El miedo, el enfado y el estrés no sólo repercuten en tu comportamiento habitual, sino también en tu salud.
- Especialistas en psicología y psicoterapia coinciden en que, efectivamente, cuando una persona no reconoce o niega sus emociones, estas encontrarán otra forma de salir.
¡ATENCIÓN!
El malestar puede expresarse en afecciones como:
- Constantes dolores de cabeza
- Problemas gastrointestinales
- Padecimientos dermatológicos
- Trastornos del sueño, como insomnio
- Dolor de hombros, de espalda
- Araceli Franco Alcocer, psicóloga clínica y psicoanalista de TecSalud, explica que cuando una persona no llega a la raíz de lo que sucede en su interior, entonces su salud emocional y física se ve afectada a largo plazo, impactando en su entorno y relaciones con los demás.
"Muchas veces también el paciente se siente muy mal de sentirse mal físicamente, se empieza a desesperar. Dicen: 'Es que ya me dieron muchos medicamentos', 'Es que ya vi a muchos doctores', 'Es que ya me hicieron muchos estudios, pero yo sigo con el dolor de cabeza'. Entonces se hace un círculo vicioso en donde el paciente ya se siente mal por sentirse mal". Cuando una persona llega a este punto, agrega, ya tiene mermadas todas las áreas de su vida: familiar, laboral, social. Pierde, incluso, su capacidad de disfrute, y los síntomas físicos pueden ir escalando.
'ALFABETIZACIÓN' EMOCIONAL
Si te identificas con el patrón antes descrito, la buena noticia es que tu calidad de vida puede mejorar si ubicas la fuente del malestar.
- Juan Francisco Zapata, psicoanalista del Hospital Christus Muguerza de Monterrey, apunta que el primer paso es comprender que las emociones causan un impacto en el cuerpo, y viceversa, tu estado de salud físico genera una emoción.
- El experto considera que las personas deben desarrollar una “alfabetización emocional”, es decir, aumentar su vocabulario sobre este tema para saber reconocer y entender sus emociones, y a partir de eso desarrollar estrategias para su manejo.

"Cuando un paciente nombra de forma aceptada y más elocuente cuál es la emoción que está sintiendo, a partir de ahí logra comprenderla y trabajar junto con ella. A partir de eso también se pueden comprender las emociones de los demás, generar empatía… A veces se pide que uno empatice, pero si uno no tiene la capacidad rápida de reconocer las emociones en uno mismo, es muy difícil empatizar".
- Una emoción negativa mal manejada te puede llevar a tomar decisiones que no te van a ayudar a encontrar una solución o a una reacción desproporcionada a lo que realmente ocurre. Esto provoca que sea más difícil salir de este círculo, porque continuamente recibes un feedback negativo de lo que haces.
- En términos psicoanalíticos el cuerpo es la última frontera, explica Zapata, por lo que todo aquello que no lograste gestionar emocionalmente se traducirá a una sintomatología física que no es más que un grito de auxilio muy fuerte.
"Si no trabajas la raíz emocional del problema, tu cuerpo y tu sistema nervioso va a seguir desgastándose porque va a seguir sobrerreaccionando como si estuviera permanentemente en una situación de peligro y de desprotección, y eso a la larga consume muchos recursos del cuerpo a nivel energético, por lo tanto produce un desgaste que es sistemático y eso comienza a deteriorar tu salud en muchos ámbitos".
La psicoanalista Araceli Franco Alcocer, agrega que cada persona reacciona diferente a una misma circunstancia, y por eso no se debe generalizar. Es decir, una situación puede ser muy estresante para alguien y para otro no; esto es porque cada uno tiene características diferentes dependiendo de su historia personal.
- También es cierto que no todas las personas están enfermas porque no saben gestionar sus emociones, ya que también hay factores genéticos y ambientales involucrados, entre otras predisposiciones, que influyen para que alguien desarrolle un padecimiento.
EL RIESGO DE IGNORAR TU SALUD EMOCIONAL
La psicóloga Paulina Weigend apunta que cuando una persona tiene poca gestión de sus emociones poco a poco se va aislando y esta situación por sí misma le causa miedo o ansiedad, situaciones que pueden llevar a una depresión.
- Aceptar que existe una conexión mente-cuerpo, puntualiza, ya es un gran paso, porque entonces eso te moverá a realizar acciones para estar mejor.
"Cuando las emociones son muy inconscientes y no se reconocen el cuerpo va a detectar que algo no está bien… las consecuencias pueden ser desde muchísimo estrés, mucho burnout, pero además puede ser que inconscientemente tengas conductas autodestructivas, como comer más, no comer, no dormir, o incluso autolesionarte", Paulina Weigend, psicóloga.
- Una persona puede enfermarse o desarrollar malestares en determinada parte del cuerpo, u organismo, en donde tiene mayor predisposición, por ejemplo, unos pueden ser del estómago, otros de la piel.
DEJAR QUE PASE LA OLA
Elena de la Garza, psicóloga e integrante de Educando en Red, explica que no se trata de no sentir, sino de preguntarle a la emoción para qué está aquí.
Es decir, puedes preguntarte: “¿por qué estoy enojada, enojado?, ¿por qué siento tristeza?”. Las emociones se sienten en el cuerpo, señala De la Garza, entonces, por ejemplo, puedes darte cuenta qué ocurre cada vez que tienes miedo.
"Me encanta ver las emociones como el faro o el radar que me están diciendo que algo me importa", Elena de la Garza, maestra en terapia breve sistémica.
A veces una persona le puede estar dando vueltas al mismo pensamiento rumiante, expresa, y eso la lleva a crear escenarios catastróficos, que a su vez le generan estrés y ansiedad.
"Lo que tenemos que aprender los seres humanos es a gestionar las emociones, yo le llamo surfear la ola de la emoción. La cosa es que no tenemos una buena educación emocional".