Era una mascota que estaba vagando por la colonia
Agencias
jueves, 18 noviembre 2021 | 17:48Estados Unidos.- Adoptar a un perro puede ser cuestión de la suerte. Es casi imposible saber lo que el animal ha atravesado previo a convertirlo en parte de la familia. No siempre puedes saber si fue maltratado, ha vivido en la calle o ha tenido alguna experiencia inusual que pueda afectar su comportamiento.
Mientras que algunos refugios pueden ayudar con cuestiones como estas, es extraño que sepan todas las respuestas que le puedes plantear. Este fue el caso de Wulfgar el siberiano, un perro con un misterioso y complicado pasado. A su suerte, y para la pareja que lo adoptó, todo lo que necesitaba era un poco de amor y cuidado para poder experimentar una transformación increíble.
En noviembre del 2015, una mujer de Ohio y su esposo escucharon sobre un perro siberiano malnutrido que había estado vagando por el vecindario. Ellos estaban intrigados por saber más de este animal y se aventuraron por la zona para verlo.
Cuando finalmente entraron en contacto con el perro, estaba claro que necesitaba ayuda.
Él estaba muy asustado cuando las personas se le acercaban, pero especialmente la mujer de la pareja. En una publicación, la pareja escribió, “como pueden ver, él está en muy malas condiciones en esta foto (…) Noten los parches de pelo y las costillas visibles. También tiene una notoria cicatriz que recorre sus costillas…“
Estaba severamente bajo de peso
La pareja decidió que iban a adoptar al cachorro y que lo nombrarían Wulfgar. Ellos sabían que su próximo paso era llevarlo a la veterinaria de inmediato para ver qué debían hacer para ponerlo saludable.
Según la pareja, “un siberiano normal masculino, pesa entre unos 20 o 27 kilos, dependiendo la altura. Al pesarlo en la veterinaria, éste estaba por debajo de los 17 kilos. El veterinario supuso que en aquel caso debería llegar a los 22 o 25 kilos“.
Su piel era un problema aparte
No sólo que Wulfgar estaba peligrosamente bajo de peso, sino que su pelaje estaba extremadamente dañado por su estadía en las calles. Los nuevos padres adoptivos de Wulfgar comentaron que “tenía sarna demodética. Los perros esquimales tienen dos abrigos, por lo que para que su piel esté tan roja, seca e irregular, tuvo que estar infectado durante bastante tiempo. Nuestro pobre muchacho probablemente sufrió durante meses“.
Su sistema inmune también estaba funcionando mal, por lo que Wulfgar necesitó antibióticos con prescripción y shampoo médico. Por suerte, no tenía gusanos o pulgas.
Ya era el momento de llevarlo nuevamente a casa…
Luego de un rápido análisis de la situación, llegó el momento en que la pareja llevara al animal a la casa y comenzara en período de transición a su nuevo hogar. Tan pronto como arribaron a la casa, ellos armaron un canil para que éste pudiera dormir dentro.
Ellos mencionaron que “él ingresó sin dificultades, lo que nos llevó a pensar que había sido entrenado previamente. No estamos seguros de lo que él pasó o de dónde proviene. No tenía chip -aunque no lo hubiésemos devuelto de ninguna manera-“.
La pareja tenía un par de teorías por las cuales Wulfgar había podido acabar viviendo en la calle. Sin embargo, creían que él había escapado de un dueño abusivo y negligente, lo cual también explicaría la cicatriz. Además, su temor alrededor de los hombres también apoyaba esta teoría.
Tomó un tiempo para que Wulfgar se acostumbrara al nuevo panorama, y vivió las primeras noches llorando en el canil. Desafortunadamente, la pareja no podía dejarlo ingresar a su habitación por las noches por la sarna que tenía.
Durante sus primeros días en la casa, Wulfgar parecía no poder parar de descansar. No sólo que dormía en su canil, él podía tomar una siesta en cualquier lugar donde hubiese espacio para que él quepa.
a pareja pensó que esto era debido a que estaba exhausto por lo que había vivido y que recién en aquel tiempo podía dormir sin tener miedo. “En la actualidad, sólo duerme en su canil o con una manta acolchonada en la sala de estar” escribió la pareja.
Con el tiempo, Wulfgar pareció ponerse más y más a gusto con su nueva casa, al igual que con sus nuevos dueños. Él comenzó a notarlo y a apreciar los pequeños lujos que su nueva vida le daba
Pronto el perro se recuperó, no sólo su salud, sino la confianza en las personas, y ahora el cambio es sorprendente, es un can muy fuerte y muy noble.